Cómo personalizar ChatGPT y exprimir sus respuestas como un profesional

Última actualización: 17 de noviembre de 2025
  • Define tono, estructura, roles y nivel con instrucciones y ajustes para respuestas consistentes y útiles.
  • Especifica fuentes, pide citas y acota fechas para rigor, actualidad y menos alucinaciones.
  • Activa la personalización nativa y controla memoria y datos para equilibrar continuidad y privacidad.

Personalizar ChatGPT y mejorar respuestas

Además, las técnicas que verás aquí funcionan también en otros asistentes como Google Gemini, Copilot, Grok, Meta AI, Perplexity o DeepSeek, de modo que podrás aplicar los mismos principios y sacarle brillo a cualquier chatbot moderno sin tener que reinventar la rueda.

Deja de hablarle como si fuera un buscador

ChatGPT no indexa páginas como Google ni responde a combinaciones sueltas de keywords: está entrenado para entender lenguaje natural, por lo que expresarte tal y como lo harías con una persona suele dar mejores resultados.

Olvídate de teclear frases telegráficas tipo “mejores portátiles 2025 autonomía” y prueba con una petición completa: “necesito un portátil ligero para viajar, con buena batería y presupuesto de 1.000 €”; el modelo dispone de más señales para razonar y ajustar la respuesta.

Sé específico y aporta contexto

Una pregunta precisa evita ambigüedades: cuanto más acotes, mejor. No pidas “un correo formal”, pide “un correo en inglés para postular a un puesto de analista, tono profesional, resaltando experiencia en datos y disponibilidad inmediata”.

Cuando busques información, concreta el alcance, el modelo, la fecha o la versión. “Explica la diferencia entre iPhone 15 y 15 Pro en cámara, autonomía y materiales” guía mucho más que “diferencias iPhone”.

Los detalles marcan la diferencia

En generación de texto e imagen, los matices cambian el resultado. Si diseñas una escena visual, incluir estética, colores, época, iluminación o vestimenta ayuda a fijar el estilo; en texto, indica público objetivo, extensión y formato deseado.

También puedes señalar qué parte de un tema te interesa: “cuéntame solo los hitos clave del evento, sin opinión, máximo 8 líneas”. Ese nivel de precisión ahorra iteraciones y reduce el ruido.

Pide formatos y estructuras concretas

Si tienes en mente una forma de presentar la información, dilo explícitamente: estructura, estilo y orden se pueden forzar pidiéndolos en el prompt.

  • Comparativas: “pros y contras de cada modelo en viñetas”.
  • Académico: “formato breve con introducción, desarrollo y referencias”.
  • Guías: “pasos numerados, notas y advertencias al final”.
  • Resumen ejecutivo: “5 bullets accionables para dirección”.

Ajusta el nivel de la explicación a tu perfil

Si una respuesta se te hace cuesta arriba, pide que baje el nivel: “explícamelo como si tuviera 10 años”, “para un principiante” o “con metáforas sencillas” obliga a la IA a cambiar terminología y ejemplos.

También puedes ir al otro extremo: “entra a nivel técnico C2 e incluye notación formal cuando proceda”; la clave es no resignarte: pide la versión que te resulte más útil y clara.

Fuentes: tipos, instituciones y citas

Cuando te importe la fiabilidad, guía el origen de la información: indica el tipo de fuente (“investigación académica y estudios revisados por pares”) o cita organismos (“según la OMS” para salud, “según AEMET” para el tiempo) o medios concretos.

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Además, solicita trazabilidad: “incluye referencias y citas en la respuesta”. Aunque el modelo no siempre pueda enlazar a texto completo, el simple acto de pedir referencias mejora el rigor y la forma de argumentar.

  • Tipos de fuente: académicas, informes institucionales, prensa especializada, documentación oficial.
  • Instituciones/medios: AEMET, OMS, universidades (por ejemplo, Harvard) y agencias públicas.
  • Citas: menciona autores, año y, si es posible, enlace o DOI.

Datos recientes y verificación para evitar alucinaciones

ChatGPT puede consultar la web, pero no siempre lo hace por defecto. Pide expresamente datos actuales y acota temporalmente: “mejores discos de rock de 2024” o “tendencias de los últimos 5 años”.

Las IAs a veces “alucinan”: verifica lo importante con más de una fuente. Si la respuesta es crítica, cruza información y solicita comprobaciones adicionales antes de tomar decisiones.

Personaliza ChatGPT desde los ajustes

En la aplicación, pulsa en tu nombre (parte inferior izquierda) y entra en “Personalizar GPT”. Ahí puedes decirle cómo dirigirse a ti, a qué te dedicas y qué estilo prefieres para el trato diario.

Define tu contexto profesional en “¿A qué te dedicas?” para que ajuste vocabulario y ejemplos a tu área, y explora “¿Qué personalidad debería tener ChatGPT?” con los estilos base y rasgos adicionales.

  • Personalidades base: Predeterminada (equilibrada), Cínica (sarcástica y crítica), Robot (directa y sin rodeos), Atenta (servicial), Friki (detallista y distendida).
  • Rasgos extra: hablador, imaginativo, sincero, alentador, pragmático, directo, corporativo, empático, etc.

En “¿Algo más que deba saber sobre ti?” puedes añadir preferencias y manías, pero evita datos sensibles. Ten en cuenta que OpenAI puede usar conversaciones para mejorar sus modelos, y conviene revisar los controles de datos.

Activa o no la memoria con “Consultar memorias guardadas”: si prefieres conversaciones frescas y sin sesgo de contexto previo, apágala; si te viene bien continuidad, déjala encendida.

Preguntas rápidas: esta personalización está disponible en el plan gratuito; y no, cambiar el tono o estilo no altera la veracidad intrínseca de los datos del modelo, solo su forma de responder.

Instrucciones personalizadas: qué son y cómo activarlas

Las “instrucciones personalizadas” permiten fijar preferencias persistentes que se aplican automáticamente a cada respuesta (tono, estructura, nivel de detalle, etc.). Tienen límite de unos 1.500 caracteres, por lo que conviene sintetizar.

  • Web: haz clic en tu nombre → “Instrucciones personalizadas” → define cómo quieres que responda.
  • iOS/Android: menú de la app → tu nombre → “Instrucciones personalizadas” → ajusta tus preferencias.

Cuando las actives, evitarás repetir requisitos en cada chat y mantendrás coherencia entre sesiones, algo clave si trabajas con procesos o equipos.

Tres principios para escribir buenas instrucciones

1) Guías de respuesta claras

Indica cómo debe argumentar, cuándo pedir aclaraciones y si debe aportar varias alternativas, desglosar pasos y citar fuentes. Un ejemplo general: “si la pregunta es ambigua, pide más datos; explica razonamiento por pasos y muestra 2-3 vías posibles; usa estilo profesional salvo que se pida otro”.

Si creas contenido, añade exigencias de SEO y formato: “incluye palabras clave relacionadas, organiza con subtítulos y viñetas, y cambia ‘Conclusión’ por un cierre reflexivo”.

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2) Control de verbosidad y nivel de idioma

Define la cantidad de detalle con una escala de 0 a 5 (V=0 mínima, V=5 extensa) y tu nivel lingüístico preferido de A1 a C2 (L=A1…L=C2). Por ejemplo, “V=4, L=B2” para respuestas amplias en un español intermedio-avanzado.

Si no indicas nada, el modelo hará suposiciones; por eso conviene fijar un valor por defecto en las instrucciones y luego retocarlo en cada conversación cuando lo necesites.

3) Roles para diferentes escenarios

Como solo puedes tener un conjunto de instrucciones a la vez, define roles conmutables por letra para distintas tareas y menciónalos al preguntar: “R=W” (redactor), “R=P” (programador), “R=A” (analista), “R=L” (jurista), “R=G” (generalista), “R=C” (creador de contenidos).

Si no indicas rol, permite que lo infiera por tema, pero anímale a preguntar antes de asumir. Esta técnica reduce cambios manuales constantes cuando saltas entre tareas.

Complementos, memoria y privacidad

Las instrucciones personalizadas también mejoran el uso de plugins: si un complemento usa ubicación, por ejemplo, la experiencia es más fluida si esas preferencias ya están claras y no tienes que repetirlas.

Privacidad: puedes desactivar el uso de tus chats para entrenamiento en Configuración → Controles de datos → “Historial de chat y formación”. Si te preocupa la huella, apaga esa opción y evita compartir información delicada.

Recuerda el interruptor de memoria: conservar recuerdos ayuda a hilar conversaciones, pero si te molestan los sesgos del contexto previo, desactívalo para mantener cada chat “limpio”.

Plantillas y coworkers como alternativa rápida

Si no te apetece diseñar tus instrucciones desde cero, existen plantillas prediseñadas para generar contenido (blogs, textos SEO, ensayos, tutoriales…) que ahorran tiempo y permiten cambiar el tono al vuelo (por ejemplo, a nivel B1 con un clic).

Algunas suites incluyen “coworkers digitales” (una evolución de los GPTs personalizados) para lluvia de ideas, planificación y publicación. Busca siempre herramientas que prioricen privacidad y cumplan marcos como el GDPR.

Modo debate para afilar tus ideas

Puedes convertir a ChatGPT en un compañero crítico, no solo complaciente, añadiendo un bloque tipo “analiza mis suposiciones, ofrece contrapuntos y prueba mi lógica”. Pídele además que señale sesgos y proponga marcos alternativos.

  • Analiza suposiciones: qué doy por hecho y podría ser falso.
  • Contrapuntos: qué diría un escéptico bien informado.
  • Stress test lógico: fallos o lagunas del razonamiento.
  • Perspectivas alternativas: otras formas de enmarcar el tema.
  • Verdad antes que acuerdo: corrige con claridad cuando toque.

Plantilla avanzada de personalización (lista para adaptar)

Si quieres un “asistente ultra inteligente”, crea un bloque breve que combine hábitos de razonamiento, estilo, control de calidad y empatía. Estas piezas funcionan muy bien juntas:

  • Perspectiva interdisciplinar: integrar gestión de proyectos, psicología, economía, diseño, marketing e ingeniería, citando referencias relevantes cuando proceda.
  • Autoauditoría: tras cada respuesta, revisar coherencia con marcos conocidos y ajustar si detecta contradicciones.
  • Claridad proactiva: ante dudas o lagunas, pedir aclaraciones antes de suponer.
  • Ejemplos reales: ilustrar con casos concretos (qué salió bien/mal y por qué).
  • Tono humano: lenguaje claro, directo y sin jerga innecesaria.
  • Apoyo académico: sumar estudios clásicos y actuales si aportan luz, explicados de forma entendible.
  • Escenarios “qué pasaría si…”: explorar caminos alternativos y sus implicaciones.
  • Controles lógicos: señalar suposiciones débiles y proponer alternativas.
  • Miniresumen final: cerrar con 3-5 bullets clave para fijar ideas.
  • Modo debate: presentar pros y contras cuando se trate de decisiones.
  • Memoria contextual: rastrear objetivos y límites tratados previamente.
  • Empatía adaptativa: detectar estrés y ajustar tono y ritmo.
  • Profundidad a demanda: ofrecer versión breve o análisis extenso según pidas.
  • Frameworks útiles: aplicar RICE, OKR u otros cuando encaje.
  • Detección de brechas: identificar vacíos de datos o sesgos.
  • Narrativa: explicar lo complejo con pequeñas historias.
  • Áreas ampliadas: aportar en marketing, finanzas, liderazgo, etc., según contexto.
  • Seguimiento de temas: recordar hilos recurrentes para profundizar.
  • Terminología estable: mantener definiciones constantes salvo que pidas cambios.
  • Mejora continua: incorporar tu feedback para refinar el estilo.
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Motivos para este enfoque: más rigor (autocrítica y citas), más utilidad (escenarios y resúmenes), y más cercanía (tono humano y empatía) se traducen en respuestas aplicables y confiables con menos iteraciones.

Aplicaciones prácticas: si eres emprendedor, úsalo para diseñar estrategias de negocio con marcos probados; si trabajas en comunicación digital, te ayudará a estructurar campañas y contenidos con criterio; si quieres mejorar productividad o liderazgo, actívalo como asesor que propone acciones concretas y mide resultados. Incluso en escenarios locales (por ejemplo, en ciudades como Marbella) puedes ajustar el tono y los ejemplos al mercado y la audiencia.

Tabla de atajos útiles

Para tenerlo de un vistazo, aquí tienes un resumen de ajustes frecuentes y su impacto; úsalo como chuleta rápida:

Ajuste Qué consigues
Tono y estilo personalizados Respuestas más naturales y adaptadas a la audiencia
Nivel técnico y verbosidad (V y L) Control de profundidad y complejidad lingüística
Estructura pedida (viñetas, comparativas) Lectura más clara y accionable
Roles (R=W, P, A, L, G, C) Respuestas enfocadas al escenario correcto
Fuentes e instituciones Mayor fiabilidad y citas útiles

preguntas naturales, contexto, estructura, fuentes y controles son el combo que convierte a ChatGPT en un asistente de primera: rápido cuando toca, profundo cuando hace falta y siempre alineado con tu forma de trabajar.

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