- JUPITER es el primer exaescala europeo y el cuarto del mundo, operativo en Jülich.
- Arquitectura con 24.000 GH200, InfiniBand Quantum-2 y módulo JEDI líder en Green500.
- Aplicaciones en clima, IA, biomedicina, cuántica y acceso abierto vía EuroHPC.
En plena vorágine digital y con la inteligencia artificial avanzando a pasos agigantados, la supercomputación se ha convertido en la vara con la que se mide la capacidad tecnológica de un país o un continente. En ese tablero, Europa acaba de mover pieza con una jugada de las que marcan época: JUPITER, su primer sistema exaescala plenamente operativo, ya está en marcha en Alemania.
No hablamos de una máquina más. Hablamos de un salto de liga. Mientras Estados Unidos ha liderado los últimos años con instalaciones como Frontier, Aurora o El Capitan, y con China jugando sus cartas con menos transparencia, Europa estrena al fin su primer ordenadora de exaescala. JUPITER se ha instalado en el Centro de Supercomputación de Jülich, y no viene a pasar desapercibido: viene a entrenar modelos de IA enormes, a simular la atmósfera con gran detalle y a empujar investigaciones clave en biomedicina, física o energía.
Qué es JUPITER y por qué cambia la partida
JUPITER responde a las siglas de Joint Undertaking Pioneer for Innovative and Transformative Exascale Research. Es, a día de hoy, el superordenador más potente de Europa y el cuarto del mundo según el ranking Top500 de junio de 2025. Entrar en la liga exaescala implica superar el umbral del quintillón de operaciones por segundo, una magnitud que deja claro lo que puede hacer este sistema en un abrir y cerrar de ojos.
El proyecto ha supuesto una inversión de calado, 500 millones de euros cofinanciados por la Unión Europea y Alemania, y se enmarca dentro del programa EuroHPC, que persigue dotar de músculo propio a la computación de alto rendimiento del continente. La ambición es transparente: avanzar en ciencia y en industria sin depender de terceros.
Dónde está y quién lo ha construido
La máquina vive en el campus de investigación de Jülich, en Renania del Norte-Westfalia. El emplazamiento no es casual: Jülich lleva décadas siendo un polo de supercomputación y colabora con redes científicas de primer nivel en Europa.
En la construcción y entrega del sistema han colaborado varias firmas. Eviden (la marca de productos del grupo Atos) lidera la arquitectura BullSequana XH3000 de refrigeración líquida directa; ParTec aporta su enfoque de supercomputación modular dinámica; y se suman socios tecnológicos clave como NVIDIA y SiPearl. El resultado es una instalación pensada para crecer con el tiempo mediante un diseño modular que facilita ampliaciones sin levantar todo desde cero.
El sistema se organiza en dos grandes particiones para cubrir escenarios muy distintos. Por un lado, un Booster Module acelerado con GPU para escalar aplicaciones masivamente paralelas (ideal para IA y grandes simulaciones). Por otro, un Cluster Module de propósito general con procesadores SiPearl Rhea1, el chip europeo orientado a HPC que aporta ancho de banda y memoria para cargas versátiles.
Arquitectura, tamaño y cifras que impresionan
El corazón de JUPITER está impulsado por la plataforma NVIDIA Grace Hopper, y en números brutos hablamos de 24.000 superchips NVIDIA GH200 interconectados. Esta generación combina CPU y GPU en un mismo superchip para procesar montañas de datos en paralelo con una eficiencia que se nota en entrenamientos de IA y en simulaciones de altísima resolución.
La interconexión corre a cargo de la red NVIDIA Quantum-2 InfiniBand, con del orden de 51.000 conexiones en el sistema, una tela de araña de altísima velocidad diseñada para que los nodos dialoguen con mínima latencia y se sostenga el rendimiento cuando se escala a decenas de miles de procesadores.
En almacenamiento, JUPITER roza una capacidad cercana al exabyte, una reserva esencial cuando se trabaja con gemelos digitales, modelos climáticos de kilómetro de resolución o grandes corpus para IA multilingüe. Este subsistema va en consonancia con un caudal interno que puede mover alrededor de 2.000 terabytes por segundo, una cifra astronómica que, a modo de guiño, equivale a miles de copias de Wikipedia viajando por la red en un segundo.
La instalación es modular y se ha desplegado en 50 contenedores especializados. En el espacio físico, el tamaño impresiona: una superficie comparable a cuatro pistas de tenis, atravesada por más de 260 kilómetros de cableado de alta capacidad para que todo encaje como un reloj suizo.
El consumo eléctrico máximo ronda los 17 megavatios, que equivalen al uso de unas 11.000 viviendas. Este techo viene amortiguado por el diseño de refrigeración líquida directa de Eviden, que reduce pérdidas y, además, permite aprovechar el calor residual para climatizar edificios del propio campus.
En términos de rendimiento efectivo, la Unión Europea subraya que el sistema apunta a hasta 90 exaflops en cargas de inteligencia artificial. Esta cifra sitúa a la máquina en una posición especialmente competitiva para entrenar y afinar modelos fundacionales y simulaciones masivas.
Por aportar una referencia cotidiana, la potencia agregada de JUPITER se ha comparado con la equivalencia a unos 10 millones de ordenadores de sobremesa, una imagen que ayuda a hacerse una idea del salto de escala respecto a equipos convencionales.
Inauguración oficial y reconocimiento en rankings
El 5 de septiembre se celebró la ceremonia de inauguración en Jülich con autoridades del gobierno alemán, responsables europeos y figuras destacadas de la industria tecnológica. En ese marco institucional, se subrayó el carácter pionero del proyecto para Europa, tanto por su potencia como por lo que implica en autonomía estratégica.
En la lista Top500, JUPITER aparece ya como el cuarto superordenador más potente del planeta, únicamente por detrás de El Capitan, Frontier y Aurora en Estados Unidos. A ello se suma una preocupación clara por el impacto ambiental: el sistema funciona íntegramente con energía renovable mediante contratación de suministro verde en la red alemana, y su módulo JEDI ha alcanzado el primer puesto del Green500 de junio de 2025, que mide la eficiencia energética en supercomputación.
Eficiencia energética que marca el paso
La arquitectura BullSequana XH3000 no solo estira el rendimiento, también aprieta el consumo. Gracias a la refrigeración líquida directa, se minimizan pérdidas y se mantiene estable una máquina de miles de nodos que, de otro modo, exigiría aún más energía para disipar calor. Este enfoque, unido a un suministro eléctrico renovable, sitúa a JUPITER en la élite de la eficiencia, una carta cada vez más importante en centros de datos de este tamaño.
El papel del módulo JEDI como líder del Green500 es la prueba más visible de esa apuesta. Más allá de la medalla, supone que se puede escalar computación de muy alto nivel sin disparar la factura energética, y que la supercomputación puede ser un aliado en el cumplimiento de objetivos climáticos.
Qué se hará con JUPITER: ciencia, industria y servicios públicos
Si por algo destaca JUPITER es por la variedad de casos de uso. La máquina abre puertas a nuevas simulaciones, a la validación de propuestas de computación cuántica, a la creación de gemelos digitales y, por supuesto, a entrenar modelos de inteligencia artificial de gran tamaño con acento europeo y multilingüe.
- Clima: el ECMWF trabaja con simulaciones a escala de kilómetro que captan tormentas extremas y alimentan el proyecto Destination Earth, con gemelos digitales del planeta.
- IA europea: el consorcio TrustLLM entrena modelos de lenguaje en múltiples idiomas europeos con aplicaciones industriales y científicas.
- Neurociencia: con el simulador Arbor se modelará el comportamiento de neuronas a nivel subcelular, útil para terapias frente al Alzheimer y otras patologías.
- Cuántica: se apunta a superar el récord de 50 qubits en simulación, un avance hacia la computación cuántica práctica.
- Astrofísica: el Instituto Max Planck investiga la reionización cósmica, la etapa en la que nacieron las primeras estrellas y galaxias.
- Física de partículas: la Universidad de Wuppertal eleva la resolución en cálculos sobre el muon, con potencial para abrir nuevas puertas en la física fundamental.
- Modelos de vídeo: la Universidad de Múnich explora arquitecturas de compresión y difusión, con aplicaciones desde medicina a conducción autónoma.
- Modelos multimodales: la Universidad de Lisboa escala modelos abiertos y multilingües integrando distintos campos de la ciencia y del aprendizaje automático.
Más allá de esa primera ola, en inteligencia artificial la potencia del Booster Module acelerará el desarrollo de grandes modelos multilingües como OpenGPT-X, una apuesta europea que busca competir con propuestas de referencia en Estados Unidos. El campo climático, por su parte, verá mejoras en la predicción de fenómenos extremos y en el análisis de escenarios de cambio climático con el modelo atmosférico ICON ejecutado a resoluciones inéditas.
En biomedicina, la capacidad para simular redes neuronales del cerebro a nivel de neuronas individuales y crear gemillos digitales de órganos como el corazón abre nuevas vías para estudiar enfermedades neurodegenerativas y diseñar tratamientos sin riesgos para los pacientes. También habrá margen para acelerar descubrimientos en ciencia de materiales y avanzar en energías sostenibles.
Acceso, calendario y vida útil
JUPITER forma parte de la red EuroHPC, así que cualquier universidad, centro público de investigación o empresa europea puede solicitar horas de máquina. Habrá convocatorias periódicas dos veces al año para asignar recursos de forma competitiva, priorizando proyectos con impacto científico e industrial.
Ya hay actividad real. Se han puesto en marcha decenas de proyectos; algunas referencias hablan de una treintena activa y otras elevan la cifra a más de un centenar de iniciativas seleccionadas para arrancar de forma escalonada. En cualquier caso, el flujo es constante y permite aprovechar la infraestructura desde el primer día.
La vida útil prevista es de al menos seis años, lo que da estabilidad a equipos de investigación que requieren continuidad y a empresas que necesitan planificar desarrollos con plazos realistas en campos tan competitivos como la IA y la simulación científica.
Europa como polo de supercomputación
Con JUPITER en marcha, la Empresa Común EuroHPC refuerza su ecosistema, que ya incluía máquinas como MareNostrum en España, LEONARDO en Italia, LUMI en Finlandia, Discoverer en Bulgaria, MeluXina en Luxemburgo, Vega en Eslovenia, Karolina en Chequia y Deucalion en Portugal. El conjunto posiciona al continente como potencia mundial en supercomputación y, sobre todo, dota de capacidad soberana para proyectos estratégicos.
Este enfoque encaja con una prioridad compartida por gobiernos, industria y comunidad investigadora: control soberano de los datos y de la infraestructura. A efectos prácticos, significa que Europa puede entrenar modelos, ejecutar simulaciones críticas y gestionar información sensible sin depender de políticas de terceros países.
Lo que dicen los protagonistas del proyecto
Desde Eviden subrayan el hito de entregar el primer sistema exaescala en Europa apoyándose en su plataforma BullSequana XH3000; para la compañía, es un paso que consolida su papel en la soberanía económica e industrial del continente y pone en manos de la comunidad científica una máquina extraordinaria hecha en Europa.
ParTec destaca su arquitectura modular dinámica, desarrollada junto a Jülich y socios europeos, como base para la eficiencia y velocidad que demandan algoritmos de IA sofisticados. La adjudicación del contrato refuerza, a su juicio, la competitividad de proveedores alemanes y europeos en la construcción de superordenadores.
NVIDIA, por su parte, remarca que su computación acelerada alimenta el primer exaescala europeo para que la investigación avance en clima y meteorología, ciencia de materiales, descubrimientos farmacéuticos, ingeniería y tecnologías de computación cuántica. SiPearl celebra que su procesador Rhea1 sea el motor del Cluster Module y lo interpreta como la validación de la Iniciativa Europea de Procesadores, con impacto directo en soberanía tecnológica y en la reducción de la huella de carbono de la supercomputación y la IA.
JUPITER no es solo un despliegue de músculo técnico: es un movimiento estratégico que sitúa a Europa en la liga exaescala con una infraestructura eficiente, escalable y abierta a su comunidad científica y empresarial. Entre la potencia del Booster Module para IA, la versatilidad del Cluster Module con Rhea1, el liderazgo en eficiencia del módulo JEDI y un ecosistema EuroHPC que no deja de crecer, el continente se asegura una herramienta de primer nivel para afrontar retos climáticos, sanitarios, industriales y científicos con ambición propia.
Tabla de Contenidos
- Qué es JUPITER y por qué cambia la partida
- Dónde está y quién lo ha construido
- Arquitectura, tamaño y cifras que impresionan
- Inauguración oficial y reconocimiento en rankings
- Eficiencia energética que marca el paso
- Qué se hará con JUPITER: ciencia, industria y servicios públicos
- Acceso, calendario y vida útil
- Europa como polo de supercomputación
- Lo que dicen los protagonistas del proyecto