La Ley de Benford predice la distribución de los primeros dígitos en conjuntos de datos naturales y financieros.
Su aplicación es crucial en auditorías, detección de fraudes y análisis de datos.
La fórmula matemática establece que el primer dígito sigue un patrón logarítmico específico.
No se aplica a todos los conjuntos de datos y presenta limitaciones en su uso.
Detección de Fraudes en Seguros: Analizando reclamaciones de seguros para identificar patrones inusuales que puedan sugerir falsificación o inflación de daños.
Control de Calidad en Manufactura: Evaluando las cifras de producción y materiales para detectar desviaciones que podrían indicar problemas en la línea de producción o en la calidad del producto.
Medicina y Epidemiología: Analizando datos de incidencia de enfermedades y estadísticas médicas para identificar irregularidades o tendencias ocultas en la propagación de enfermedades.
Economía y Finanzas: Usada por economistas para examinar la distribución de cifras económicas y detectar posibles manipulaciones en informes financieros públicos o privados.
Ciencias Ambientales: Aplicada en la evaluación de datos sobre fenómenos naturales, como patrones de precipitación o temperaturas, para estudiar su distribución y comportamiento natural.
Arqueología: En el análisis de conjuntos de datos antiguos, como las medidas y pesos de artefactos, para verificar su autenticidad o entender mejor las prácticas comerciales históricas.
Investigación Académica: Para asegurar la integridad de los datos recopilados en estudios y experimentos, ayudando a detectar anomalías o manipulaciones en los datos reportados.
Tecnología de la Información: En la seguridad informática, para analizar patrones de tráfico de red y detectar actividades sospechosas que podrían indicar intentos de intrusión o malware.