- Elige el tipo de pasta según tu escenario: cerámica, metálica, carbono o metal líquido para necesidades extremas.
- Aplicación sencilla y eficaz: cantidad del tamaño de un guisante o capa fina bien controlada y presión uniforme del disipador.
- Vigila temperaturas: 30–40 ºC en reposo y evitar sostenidos de 90–100 ºC; cambia la pasta si suben o al desmontar.
- Compra con criterio: no todo es W/m·K; calidad, facilidad de uso y ventilación del equipo importan tanto como la cifra.
La pasta térmica es uno de esos componentes que casi nunca se ven, pero que puede marcar la diferencia entre un ordenador que rinde como debe y uno que sufre caídas de rendimiento o apagones por temperatura. En un PC moderno, donde la CPU y la GPU generan mucho calor, una buena interfaz térmica entre el procesador y el disipador es clave para mantener las temperaturas a raya.
Si estás montando un equipo desde cero o te planteas hacer mantenimiento, seguramente te surjan dudas: cuánto producto usar, qué tipo elegir, cuánto dura o cómo comprobar que está todo en orden. A lo largo de esta guía te contamos, con detalle y con lenguaje claro, qué debes saber sobre la pasta térmica para PC, cómo aplicarla correctamente y qué modelos son populares por su relación entre rendimiento, facilidad de uso y precio.
Qué es la pasta térmica y por qué es imprescindible
La pasta o compuesto térmico es un material diseñado para mejorar la transferencia de calor entre la CPU y su sistema de refrigeración (disipador por aire o bloque de refrigeración líquida). Aunque a simple vista la superficie del procesador y la base del disipador parecen lisas, a nivel microscópico tienen microimperfecciones que atrapan aire, y el aire es un pésimo conductor del calor.
Para salvar esas microcavidades, la pasta térmica actúa como puente: rellena los huecos y expulsa el aire, permitiendo un contacto térmico mucho más eficiente. El compuesto se “aplasta” bajo la presión del anclaje del disipador, lo que garantiza que el calor pase del IHS (la tapa metálica del procesador) al disipador de manera uniforme.
Este detalle es vital en cualquier montaje, ya uses un disipador por aire, un AIO o un bloque personalizado. No se trata de poner “una capa por si acaso”, sino de aplicar la cantidad adecuada y en el lugar correcto, evitando tanto el exceso como la falta de material.
Si estás en plena faena de montaje de PC, sabrás que hay que cuadrar conectores, tornillería y pasos de montaje. En ese recorrido, el momento de fijar el disipador a la CPU llega casi al final, y aquí la pasta térmica es obligatoria: sin ella, la CPU se calentará en exceso y el equipo limitará el rendimiento o se apagará por seguridad.
Cuánta pasta aplicar y cómo hacerlo bien
El debate sobre la técnica “perfecta” es eterno, pero no hay misterios: para la mayoría de usuarios y disipadores, con una cantidad del tamaño de un guisante en el centro del IHS es suficiente. Al apretar el disipador, la presión repartirá el compuesto por la superficie de la CPU, asegurando un buen contacto.
También existe el método de la capa fina, más extendido entre quienes prefieren “ver” la cobertura. En este caso se aplica una película muy delgada que cubra la zona de contacto. Da buen resultado si se controla la cantidad y se evita el exceso. Ten en cuenta que muchas AIO modernas incluyen pasta preaplicada, con lo que solo deberás preocuparte de renovarla cuando retires el bloque y vayas a reinstalarlo.
Pasos recomendados para hacerlo con mimo: desmonta lo necesario para acceder con comodidad (si tienes una GPU muy grande, puede convenir retirarla), coloca CPU y disipador sobre una superficie acolchada, limpia por completo los restos antiguos con alcohol isopropílico y un papel suave o paño sin pelusa, deja secar, aplica la cantidad correcta y monta el disipador siguiendo el patrón de presión que indique el fabricante.
Un truco que a menudo se pasa por alto: al fijar el disipador, la presión es importante. Hay que apretar de forma firme y uniforme para que el compuesto penetre en las microhendiduras y desaloje el aire. Eso sí, siempre respetando el par máximo y el orden de apriete recomendados por el fabricante del sistema de refrigeración.
Tipos de pasta térmica: materiales, pros y contras
En el mercado conviven varios compuestos con propiedades distintas. Conocerlos te ayuda a elegir según tu equipo y tus objetivos. Las pastas cerámicas (blanquecinas) son la opción básica: fáciles de aplicar y económicas. Funcionan bien en equipos estándar, pero si tu CPU alcanza temperaturas altas o haces overclock, pueden quedarse cortas en conductividad.
Las pastas con carga metálica (a base de silicona con partículas de aluminio, plata u otros metales) elevan la conductividad térmica y suelen rendir mejor en escenarios de alto TDP. A cambio, suelen costar más. Su aplicación sigue siendo sencilla y, en la mayoría de casos, no son eléctricamente conductoras en la práctica, aunque conviene evitar derrames.
También hay compuestos basados en carbono, muy populares porque ofrecen buen rendimiento, fácil aplicación y, en ocasiones, larga durabilidad. Son de las más equilibradas si buscas una solución que funcione bien y no te complique la vida en el montaje.
Mención aparte merece el metal líquido. Su conductividad térmica es extraordinariamente alta y puede rebajar significativamente las temperaturas en CPUs exigentes. Sin embargo, es un producto para manos experimentadas: es eléctricamente conductor, puede reaccionar con ciertos materiales (como el aluminio) y requiere aplicación meticulosa y precauciones adicionales.
Duración, mantenimiento y señales para cambiarla
No hay una fecha de caducidad única, porque la vida útil depende de varios factores. En términos generales, algunos fabricantes indican que sus compuestos pueden rendir entre tres y cinco años, mientras que en entornos calurosos o con cargas intensas puede ser conveniente renovar la pasta con más frecuencia, incluso una vez al año para curarte en salud.
Aspectos que más influyen en su duración: el tipo de compuesto (las de mayor calidad suelen aguantar mejor), las temperaturas de trabajo del equipo, una aplicación correcta, la ventilación y limpieza interna del PC y el uso que se le da (horas diarias, cargas sostenidas, etc.).
La mejor manera de saber si toca cambiarla es vigilar las temperaturas. En reposo (idle), lo normal es moverse en el rango aproximado de 30–40 ºC, dependiendo del modelo de CPU, la caja y el ambiente. En carga, las cifras varían mucho, pero un pico sostenido por encima de 90–100 ºC en procesadores de escritorio suele indicar que algo no va fino, ya sea pasta degradada, mal contacto o falta de flujo de aire.
Siempre que desmontes el disipador para cualquier tarea (limpieza profunda, cambio de hardware), aprovecha para retirar completamente la pasta antigua y aplicar una nueva. Reutilizar la misma pasta una vez separadas las superficies rara vez da buen resultado.
Guía de compra: qué mirar y modelos populares
Para elegir con criterio, fíjate en tres cosas: la conductividad térmica (W/m·K), la viscosidad o facilidad de aplicación y la estabilidad a temperatura. No te obsesiones con la cifra de conductividad por sí sola; la calidad global, la facilidad de uso y tu escenario real (disipador, caja, ventilación) pesan tanto o más.
Algunos modelos bien valorados por usuarios y entusiastas: una pasta de carbono popular como la ARCTIC MX-4, famosa por su buena relación calidad-precio y por la durabilidad que declara el fabricante (llegando a hablar de hasta 8 años en condiciones favorables). Suele ser una apuesta segura para la mayoría de equipos domésticos y gaming.
Si buscas un plus, la ARCTIC MX-6 se presenta como una evolución con alrededor de un 20% más de rendimiento térmico respecto a MX-4. Además, su elevada viscosidad ayuda a minimizar riesgos si te equivocas en la cantidad, al tiempo que evita problemas como la corrosión en un uso normal.
Para montajes potentes, Thermal Grizzly Kryonaut es una referencia habitual. Es un compuesto con alta conductividad (el fabricante habla de valores en torno a 12,5 W/m·K) y está pensado para escenarios exigentes, desde gaming con CPUs de alto TDP hasta overclocking moderado, siempre con una aplicación cuidada.
En la gama de metal líquido, opciones como Silver King entregan conductividades elevadísimas (se citan valores cercanos a 79 W/m·K). Son extremadamente eficaces, pero recuerda que su aplicación es delicada y no están recomendadas para principiantes ni para cualquier superficie, porque sí conducen la electricidad y pueden dañar el hardware si se usan mal.
Noctua, además de sus disipadores, ofrece la NT-H2, muy bien valorada por lo sencillo que resulta trabajar con ella, su carácter no conductor y la resistencia a la corrosión, incluyendo un pequeño kit de instalación que facilita la vida al usuario durante la aplicación.
Las marcas también fabrican sus propias pastas para completar su ecosistema; por ejemplo, hay compuestos de alto rendimiento que llegan con plantillas de aplicación para evitar errores al extender el producto. Si optas por un AIO reciente, muchos ya incorporan pasta preaplicada en la base, suficiente para la primera instalación.
Ejemplo de especificaciones técnicas a tener en cuenta
Las fichas técnicas pueden asustar al principio, pero conviene saber interpretarlas. Aquí tienes un ejemplo de parámetros que podrías encontrar en un producto genérico, para que te ubiques en el rango de valores:
| Rango de temperatura operativa | -50 a 240 ºC |
| Viscosidad (referencia) | 76 CPS |
| Conductividad térmica | 4,5 W/m·K |
| Resistencia térmica | 0,205 ºC/W |
| Color del producto | Gris |
| Certificación de sostenibilidad | RoHS |
| Dimensiones del producto | Ancho 50 mm, Profundidad 80 mm, Altura 15 mm |
| Peso del compuesto | 1,5 g |
| Dimensiones del paquete | Ancho 325 mm, Profundidad 335 mm, Altura 175 mm, Peso 2,1 kg |
Que no te despisten los números: más allá de la cifra de W/m·K, lo importante es la correcta aplicación, la presión uniforme del disipador y el buen flujo de aire en la caja. Una pasta modesta bien aplicada puede rendir mejor que una de gama alta mal colocada.
Notas sobre tiendas, precios y condiciones habituales
Cuando compares precios online, recuerda que algunos comercios indican que sus tarifas web se aplican solo a compras por Internet y pueden diferir de las de sus tiendas físicas. En ciertos casos, los envíos y servicios se limitan a Península y Baleares, y se especifica que promociones y ofertas valen únicamente para productos vendidos por el propio comercio.
La forma en que se ordenan los resultados de búsqueda interna de algunas tiendas puede incluir criterios como coincidencia del término con la ficha de producto, popularidad, disponibilidad, relevancia de la categoría y novedad. Además, algunos productos podrían destacar por formar parte de campañas promocionales.
Respecto a la financiación, hay establecimientos que la ofrecen a través de tarjetas o entidades de pago colaboradoras, sujeta a aprobación. No es raro encontrar fórmulas con TIN 0% y TAE 0% en plazos típicos de 3, 6, 10, 12, 18, 20 o 24 meses, con importes mínimos (por ejemplo, desde 299 €) y ejemplos ilustrativos del tipo: para 654 € a 24 meses, 24 cuotas de 27,25 €, total adeudado 654 €, con sistema de amortización francés e intereses subvencionados por el comercio.
También suelen lanzar promociones acotadas en el tiempo ligadas a lanzamientos de productos populares de telefonía o electrónica, con fechas y horas concretas de inicio y fin, y acciones de dinamización como sorteos vinculados a compras por debajo de una cierta cantidad mediante su app. Lee siempre la letra pequeña, ya que las fechas, las condiciones y la compatibilidad con otras ofertas cambian con frecuencia.
En ocasiones verás avisos de que parte del contenido ha sido traducido automáticamente (por ejemplo, desde inglés), lo cual puede explicar giros o expresiones peculiares. Si el comercio o la marca lo indican, no te extrañe encontrar ese aviso en sus páginas informativas.
Consejos prácticos, verificación y errores comunes
Antes de apretar tornillos a lo loco, verifica que la base del disipador está limpia y sin restos, que la pasta es reciente y que has aplicado la cantidad justa. Si dudas entre métodos, el “guisante en el centro” es simple y fiable en la mayoría de casos. Evita tocar la superficie del IHS con los dedos para no dejar grasa.
Tras el montaje, monitoriza temperaturas con una utilidad de confianza. En reposo, intenta moverte alrededor de 30–40 ºC; en carga sostenida, que tu CPU no pase de la franja alta (según el modelo), y sobre todo asegúrate de que no tropea frecuentemente por calor. Si ves picos inusuales, revisa contacto del disipador, ventiladores y flujo de aire de la caja.
Recuerda que ninguna pasta, por buena que sea, compensa un mal flujo de aire en la caja. Revisa la dirección de los ventiladores, evita obstáculos y limpia el polvo. Un interior ventilado y libre de suciedad reduce el estrés térmico del compuesto y alarga su vida útil.
Si decides experimentar con metal líquido, actúa con precaución. Protege los alrededores del socket si el fabricante lo recomienda, evita superficies incompatibles (como bases de aluminio) y no apliques más de la cuenta. En caso de duda, mejor optar por una pasta de alto rendimiento convencional.
Para quienes usan AIO de marca, revisa si tu unidad viene con compuesto preinstalado; si es así, no hace falta aplicar nada extra en el primer montaje. Cuando retires el bloque por mantenimiento, limpia y sustituye por un compuesto nuevo. Hay marcas que incluyen plantillas de aplicación para extender la pasta con la presión adecuada y reducir errores.
Como cierre, merece la pena insistir en que la consistencia del montaje manda: una presión uniforme, una cantidad correcta de compuesto y un sistema limpio y bien ventilado suelen dar mejores resultados que perseguir cifras de ficha técnica sin atender a la práctica real de instalación.
Elegir el compuesto térmico adecuado, aplicarlo con cabeza y revisar temperaturas de vez en cuando son tres gestos sencillos que evitan disgustos y ayudan a que tu PC rinda estable, fresco y durante más tiempo. Con los criterios y ejemplos que has visto, tendrás claro qué comprar, cómo ponerlo y cuándo renovarlo para exprimir tu equipo sin quebraderos de cabeza.
Tabla de Contenidos
- Qué es la pasta térmica y por qué es imprescindible
- Cuánta pasta aplicar y cómo hacerlo bien
- Tipos de pasta térmica: materiales, pros y contras
- Duración, mantenimiento y señales para cambiarla
- Guía de compra: qué mirar y modelos populares
- Ejemplo de especificaciones técnicas a tener en cuenta
- Notas sobre tiendas, precios y condiciones habituales
- Consejos prácticos, verificación y errores comunes
