Diferencia entre contraseña y passkey: todo lo que debes saber

Última actualización: 25 de noviembre de 2025
  • Las passkeys usan criptografía de clave pública y reemplazan la memorización de contraseñas.
  • Son resistentes al phishing y no se exponen en brechas: la clave privada nunca sale del dispositivo.
  • Compatibilidad amplia en iOS, Android, Windows y navegadores modernos; adopción en grandes servicios.
  • Existen passkeys sincronizadas y vinculadas a dispositivo para equilibrar comodidad y control.

Comparativa entre contraseñas y passkeys

Si llevas años peleándote con combinaciones imposibles de recordar, no estás solo: las contraseñas han sido el peaje que pagamos por acceder a servicios online. La buena noticia es que las passkeys están llamadas a cambiar este ritual, haciendo el inicio de sesión más seguro y cómodo sin tener que memorizar nada.

Detrás de esta revolución hay un sólido consenso de la industria: Apple, Google y Microsoft, entre otros, han abrazado un estándar común para acabar con la dependencia de las contraseñas. El objetivo es reducir fraudes, fugas de datos y fricciones con un sistema basado en criptografía moderna y verificación del usuario en su propio dispositivo.

Qué es una passkey y cómo funciona

Una passkey (o clave de acceso) no es una contraseña disfrazada, sino un método de autenticación que se apoya en pares de claves criptográficas. En vez de teclear una cadena de caracteres, validas tu identidad con tu dispositivo mediante biometría (huella o rostro) o un PIN local.

Cuando creas una passkey para un servicio, tu móvil u ordenador genera dos piezas: una clave pública y otra privada. La clave pública se guarda en el servidor del servicio, mientras que la clave privada permanece protegida en tu dispositivo y nunca se comparte.

Criptografía asimétrica: dos claves que trabajan en equipo

El sistema se conoce como criptografía de clave pública. La clave privada firma retos (challenges) que envía el servidor y la clave pública verifica esa firma. Así el servicio comprueba que eres tú sin necesidad de conocer ni recibir ningún secreto sensible.

Es importante subrayar lo siguiente: la clave privada no viaja al servidor ni se expone. Solo se usa localmente para firmar el desafío efímero, lo que marca una diferencia crucial respecto a las contraseñas tradicionales.

Flujo de autenticación paso a paso

Al iniciar sesión, el servicio genera un reto y tu dispositivo solicita tu verificación (biometría o PIN). Si te identificas correctamente, el dispositivo firma el reto con la clave privada y envía la respuesta firmada. El servidor, con la clave pública almacenada, valida la firma y te deja pasar.

Además, para evitar reutilizaciones, estos retos tienen validez limitada y están ligados al dominio correcto. Este vínculo al origen (domain binding) evita ataques de phishing, incluso si un impostor intenta colarte una web falsa con apariencia idéntica.

Dónde se guarda la clave privada

Los dispositivos modernos almacenan la clave privada en zonas seguras de hardware o software reforzado. En iPhone, iPad y Mac se usa Secure Enclave; en Android y Windows, TPM u opciones equivalentes; y en dispositivos Samsung entra en juego Knox. Estas “cajas fuertes” están aisladas para minimizar riesgo ante malware o accesos no autorizados.

En muchos casos, además, las passkeys se sincronizan de forma segura entre tus dispositivos a través de servicios de cada ecosistema (por ejemplo, iCloud o Google Password Manager). La sincronización facilita que puedas iniciar sesión desde varios equipos confiables sin perder seguridad ni usabilidad.

Passkey vs. contraseña: diferencias clave

La divergencia con las contraseñas convencionales es clara. Con passkeys no creas ni memorizas secretos frágiles, por lo que desaparecen errores típicos (reutilización, combinaciones débiles, escritura en webs falsas, etc.).

Otra diferencia vital es dónde reside el valor. Las contraseñas suelen estar guardadas (o derivadas) en servidores y pueden filtrarse en brechas de datos; con passkeys, el servidor solo tiene la clave pública, que es inútil sin la privada del usuario.

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Creación y gestión

Crear una buena contraseña es complicado: debe ser larga, única y aleatoria para cada cuenta. Con passkeys no diseñas nada: tu dispositivo genera el par de claves y queda listo para usarse con tu método de desbloqueo habitual.

Resistencia al phishing

Los ataques de suplantación intentan que introduzcas tus credenciales en sitios falsos. Con passkeys no se teclea ningún secreto y la firma está vinculada al dominio legítimo, de modo que una web trampa no puede robar lo que no se introduce.

Exposición en brechas

Si un servicio sufre una violación y se filtra su base de datos, con contraseñas el desastre puede propagarse a otras cuentas donde las reutilizaste. Con passkeys, lo único en el servidor es la clave pública, sin valor sin su par privado, que se queda contigo.

Compatibilidad actual

Las contraseñas funcionan en cualquier sitio. Las passkeys ya están muy extendidas, pero no han llegado a todas partes. Por eso, hoy conviven con contraseñas y 2FA, aunque su adopción crece cada mes.

Ventajas de las passkeys

La lista de beneficios es contundente. El principal: seguridad “por defecto” sin depender de tu memoria. No hay que recordar cadenas, no hay reutilización ni errores de tecleo.

  • Antiphishing y antikeylogger: no escribes contraseñas, así que un sitio falso o un registrador de teclas no obtiene nada.
  • Mayor privacidad: los datos biométricos no salen del dispositivo y la clave privada nunca se comparte.
  • Comodidad real: biometría o PIN local sustituyen al tedio de las contraseñas, con menos fricción y menos abandonos en login.
  • Impacto en costes: menos restablecimientos y menos 2FA “parche” reduce carga para equipos técnicos y soporte.

A todo esto se suma que las passkeys aportan un tipo de multifactor integrado: algo que tienes (tu dispositivo) y algo que eres o sabes (biometría o PIN). Esta combinación viene “de serie” sin pasos extra para el usuario en la mayoría de los casos.

Desventajas y límites actuales

No todo es perfecto. La adopción aún es incompleta y hay servicios que no las soportan, así que tendrás que seguir usando contraseñas en ciertos casos.

Otro punto delicado es la recuperación. Si pierdes todos tus dispositivos y no tienes copia/sincronización, la vuelta al acceso puede exigir métodos alternativos o soporte del proveedor.

También existe dependencia de ecosistemas. Muchas passkeys se sincronizan por iCloud, Google Password Manager o soluciones equivalentes, lo que puede no encajar en todos los entornos o políticas.

Por último, la gestión entre sistemas diferentes puede resultar compleja si no usas un gestor compatible. En ocasiones necesitarás el dispositivo original o un puente de sincronización para iniciar sesión en otra plataforma.

Compatibilidad y adopción: sistemas, navegadores y servicios

La base técnica está madura y la compatibilidad es amplia. En sistemas Apple, iOS 16 en adelante y macOS Ventura 13+ ya admiten passkeys, integradas con Face ID y Touch ID.

En el frente Android, los dispositivos con Android 9 (Pie) o superior son compatibles, con Google Password Manager encargándose de la sincronización entre equipos del mismo usuario.

En Windows, Windows 10 y 11 integran passkeys en Windows 11 mediante Windows Hello, que unifica verificación por PIN local, huella o reconocimiento facial en equipos compatibles.

¿Y los navegadores? Google Chrome 109+, Apple Safari 16+ y Microsoft Edge 109+ incorporan soporte, mientras que Firefox lo ofrece de forma más limitada y en evolución.

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La lista de servicios que ya se han subido al carro crece sin parar. Entre los nombres destacados están Apple, Google, Microsoft, Amazon, PayPal, Best Buy y Adobe, además de múltiples plataformas y comercios.

  • Comercio electrónico: Amazon, Walmart, Best Buy, Target, Shopify, Kayak.
  • Redes sociales: X (Twitter), LinkedIn, TikTok.
  • Finanzas y pagos: Coinbase, Robinhood, Stripe, PayPal, Affirm.
  • Desarrollo y repositorios: GitHub, Bitbucket; además de soportes en servicios como Dropbox.

Muchas otras plataformas están en proceso de despliegue o pruebas. Si encuentras la opción “Crear clave de acceso” al actualizar tu cuenta, es que el servicio ya la soporta al menos como alternativa a la contraseña.

Tipos de passkeys: sincronizadas y vinculadas a dispositivo

No todas las passkeys buscan lo mismo. Las multidispositivo (sincronizadas) priorizan la comodidad del usuario final, replicándose de forma segura en tus equipos de confianza dentro del mismo ecosistema.

En cambio, existen passkeys vinculadas a un único dispositivo que no pueden copiarse. Este enfoque es atractivo en empresas con políticas estrictas, donde la portabilidad se sacrifica en favor del control y la seguridad.

Seguridad avanzada: caducidad de retos, enlace al dominio y MFA

Además del cifrado de clave pública, el protocolo añade protecciones adicionales. Los retos firmados caducan enseguida para evitar reutilización y se asocian al dominio correcto, lo que impide que una web falsa “valide” firmas.

La verificación biométrica o PIN aporta la segunda pieza del puzzle: sin ese paso local, la clave privada no puede emplearse. Eso significa que aunque alguien tuviera el dispositivo en la mano, sin tu verificación no puede autenticarse.

Visto en conjunto, hablamos de una especie de multifactor de una sola acción. El resultado es una autenticación fuerte con menos fricción que los combos tradicionales usuario+contraseña+2FA.

Buenas prácticas, recuperación y convivencia con contraseñas

Si pierdes el teléfono u ordenador, no entres en pánico. La mayoría de plataformas ofrecen mecanismos de recuperación: otro dispositivo ya vinculado, códigos de respaldo o métodos alternativos.

Conviene activar opciones de copia y sincronización de passkeys cuando estén disponibles. Si usas varios sistemas, valora un gestor de contraseñas que soporte passkeys para mantenerlas accesibles y seguras entre plataformas.

Como no todos los servicios han dado el salto, tendrás que seguir conviviendo con contraseñas una temporada. Donde no haya passkeys, usa contraseñas robustas y 2FA o MFA (mejor con aplicaciones de autenticación que con SMS) para mitigar riesgos.

Recuerda además que la biometría se procesa en tu dispositivo. El proveedor no recibe tu huella o tu cara, solo la confirmación de que superaste la verificación local, preservando tu privacidad.

Estándares y respaldo institucional

Todo esto no es magia de un único fabricante. Las passkeys se apoyan en los estándares FIDO2 y WebAuthn del W3C, impulsados por la FIDO Alliance junto con los principales proveedores.

Este marco abierto permite que navegadores, sistemas operativos y servicios hablen el mismo idioma. Gracias a ello, la experiencia es consistente y la seguridad, verificable por terceros.

Un hito clave fue el reconocimiento de las passkeys sincronizadas por parte del NIST en su suplemento a SP 800-63B. Ese respaldo institucional impulsa su adopción en sectores regulados como banca o sanidad, donde el phishing y el fraude son preocupaciones críticas.

Para desarrolladores: integración sin sufrimiento

Si construyes productos digitales, no hace falta reinventar el cifrado. Proveedores de identidad modernos ya ofrecen passkeys listas para usar dentro de sus flujos de login.

Si necesitas control granular en backend, tienes librerías de WebAuthn para distintos lenguajes que gestionan la verificación de retos y el almacenamiento de claves públicas. En móvil, Apple Authentication Services y Google Identity Services facilitan integrar la experiencia nativa.

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También hay plataformas dedicadas que proporcionan SDKs, personalización y analítica para acelerar proyectos de passkeys. Soluciones como OwnID simplifican el despliegue con pocas líneas de código, manteniendo cumplimiento y experiencia fluida.

Casos de uso y escenarios prácticos

En comercio electrónico, logins rápidos y seguros reducen carritos abandonados. En finanzas, el antiphishing y la MFA integrada son especialmente valiosos por el riesgo de fraude.

En empresas, las passkeys vinculadas a dispositivo aportan control para accesos internos. Para SaaS y plataformas de consumo, las sincronizadas ofrecen mejor equilibrio entre seguridad y comodidad, reduciendo tickets de “he olvidado mi contraseña”.

Preguntas frecuentes

¿Las passkeys son más seguras que las contraseñas?

Sí. Son resistentes al phishing, no se pueden adivinar y no se exponen en brechas porque la clave privada nunca sale del dispositivo.

¿Pueden ser hackeadas?

No existe seguridad infalible, pero el diseño minimiza superficies de ataque. Incluso si atacan un servidor, solo obtienen la clave pública, inútil sin su par privado y la verificación local.

¿Funcionan en todos los sitios?

Aún no. La cobertura crece con rapidez, pero convivirás con contraseñas en algunos servicios. Activa 2FA donde no haya passkeys disponibles.

¿Qué pasa si pierdo el móvil?

Activa la recuperación con dispositivos de reserva o códigos de respaldo. Si sincronizas passkeys en tu nube confiable, podrás restaurarlas en un nuevo dispositivo con tu cuenta.

¿Necesito gestores de contraseñas?

No es obligatorio, pero ayuda si usas varios sistemas o quieres una copia más portable. Algunos gestores ya almacenan tanto contraseñas como passkeys para centralizarlo todo.

¿Puedo seguir usando mi contraseña si activo passkeys?

En muchos servicios sí, por compatibilidad. Si tienes opción, prioriza la passkey y deja la contraseña como método legado mientras sigan conviviendo.

¿Qué biometría se utiliza y viaja al servidor?

Se usa la biometría que ya empleas para desbloquear el dispositivo (huella o rostro). Esa información no se comparte; solo se confirma localmente que la verificación fue correcta.

Las passkeys nacen para solucionar de raíz los problemas de las contraseñas: eliminan la memorización, blindan frente al phishing y reducen el impacto de las brechas de datos, todo ello con una experiencia fluida basada en tu propio dispositivo. Con el soporte de Apple, Google, Microsoft y estándares abiertos como FIDO2/WebAuthn, su adopción avanza en sistemas, navegadores y grandes servicios (comercio, redes, finanzas y desarrollo). Mientras conviven con contraseñas, activar passkeys donde estén disponibles y mantener 2FA en el resto es hoy la forma más sensata de elevar tu seguridad sin complicarte la vida.

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