Errores frecuentes en una base de datos: causas, fallos y soluciones

Última actualización: 9 de septiembre de 2025
  • Identifica fallos de hardware y software, ajusta timeouts y evita falsos positivos en mirroring.
  • Corrige patrones que degradan el rendimiento: N+1, funciones en WHERE e índices ausentes.
  • Evita errores de SQL (sintaxis, orden, alias) y malas prácticas de diseño (PKs, normalización).
  • Implanta una KEDB para resolver incidentes recurrentes con rapidez y transparencia.

Errores frecuentes en bases de datos

El objetivo es que salgas con un mapa claro: por qué ocurren, cómo detectarlos y qué medidas tomar. Encontrarás pautas detalladas sobre errores de hardware y software en SQL Server (mirroring), patrones que destrozan el rendimiento, equivocaciones típicas al escribir consultas, fallos clásicos de modelado/desarrollo y un enfoque ITIL/ITSM para documentar y resolver incidentes recurrentes con una KEDB bien montada.

Errores debidos a hardware: señales, causas y tiempos de reacción

Los fallos físicos suelen “cantar” rápido porque otros componentes del sistema avisan al motor de base de datos. Cuando esto ocurre, el servidor recibe un error de hardware reportado de inmediato, aunque a veces hay latencias por temporizadores propios de red o de E/S que retrasan la notificación.

Entre las causas habituales destacan una conexión cortada o un cable dañado, una tarjeta de red que falla, cambios en el router o en el firewall, reconfiguración de endpoints, pérdida de la unidad que aloja el registro de transacciones, o errores del proceso/SO. Son problemas que, si afectan al disco del log o a la red, pueden provocar desde desconexiones hasta interrupciones serias en la replicación o el reflejo de bases de datos.

Ojo con que algunos componentes de red y ciertos subsistemas de E/S aplican sus propios tiempos de espera internos. Esos timeouts son independientes de la base de datos y pueden demorar la detección, aumentando el intervalo entre el fallo real y el momento en que el motor se entera.

Para interpretar mejor lo que pasa “en el cable”, conviene preguntar al equipo de redes qué mensajes llegan al puerto cuando se dan eventos típicos como DNS caído, cables desconectados, bloqueo de puertos por firewall, caída de la aplicación que escucha el puerto, cambio de nombre de servidor o un reinicio. Ese inventario de síntomas acelera el diagnóstico cuando el servicio se corta de repente.

Errores de software y agotamientos de tiempo: cuándo ajustarlos y cómo evitar falsos positivos

Los fallos de software no se comunican solos: el servidor podría quedarse esperando indefinidamente si no existiera un mecanismo de vigilancia. Por eso, en escenarios como el reflejo de bases de datos, las instancias se hacen “ping” periódicamente y, si no llega señal en el plazo acordado, se considera que hay problema.

Entre las condiciones que disparan estos tiempos de espera están los errores de red (timeouts TCP, paquetes corruptos, perdidos u orden incorrecto), un sistema operativo/servidor/base de datos que no responde, expiraciones a nivel de Windows y la falta de recursos: saturación de disco o CPU, log de transacciones al 100%, memoria o hilos insuficientes.

Si te ves en ese contexto, puedes optar por ampliar el timeout, bajar la carga o mejorar el hardware para absorber la demanda. Ajustar el tiempo de espera demasiado bajo provoca falsos positivos; demasiado alto retrasa la reacción ante fallos reales.

El mecanismo de ping/timeout en el reflejo de SQL Server

Para mantener viva cada conexión, cada instancia envía pings con un intervalo fijo. Si se recibe ping dentro de la ventana de tiempo de espera (más el tiempo de envío), se asume que la comunicación sigue activa y se reinicia el contador. Si no llega ping en ese intervalo, se da por agotado el tiempo de espera y se cierra la conexión, gestionando el evento según el rol y el modo de funcionamiento.

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Aun cuando el otro servidor esté bien, un timeout agotado se toma como fallo. Si el valor configurado es demasiado corto para la latencia normal del entorno, aparecerán errores “fantasma”. Por eso se recomienda no bajar de 10 segundos.

En modo de alto rendimiento el tiempo de espera es siempre de 10 s; suele ser suficiente para evitar falsos positivos. En modo de alta seguridad el valor predeterminado también es 10 s, pero es configurable; ajústalo en ese modo a 10 s o más si la red está “perezosa”.

Si necesitas cambiarlo, recuerda que esta modificación es propia de las sesiones en alta seguridad. Puedes consultarlo y variarlo desde la administración del motor o con T-SQL según tu versión y políticas.

Cómo responde el servidor cuando hay un error

Ante cualquier tipo de error, la instancia actúa de acuerdo a su rol (principal/testigo/secundaria), modo de operación y estado de conexiones. En pérdida de un asociado, el comportamiento difiere si estamos en alto rendimiento o alta seguridad con testigo, por lo que es clave tener documentado el modo operativo de cada sesión para prever tiempos de interrupción y conmutaciones.

Patrones que destrozan el rendimiento en SQL (y cómo arreglarlos)

Hay cuatro “pecados” muy comunes que empeoran la latencia sin necesidad. Son fáciles de detectar y, si los evitas, ahorras CPU, I/O y viajes a la base de datos desde el primer día.

Consultas dentro de bucles: lanzar una query por cada iteración (el clásico N+1) multiplica viajes y latencias. Trae los datos de una vez con una unión o un IN, o usa consultas batch. Procesa la lógica en tu código con estructuras ya cargadas en memoria.

Cargar demasiados datos: traer columnas y filas que no vas a usar es matar moscas a cañonazos. Filtra en la base de datos, selecciona solo lo necesario, paginación si procede y evita SELECT * salvo que tengas una razón clara.

Funciones en la cláusula WHERE: aplicar LOWER(), DATE() u otras sobre columnas impide a menudo usar índices. Mejor compara sin transformar la columna: preprocesa el dato antes o transforma el literal. Por ejemplo, filtra por rango de fechas con columnas de tipo fecha/hora sin envolverlas en funciones.

Ausencia de índices: olvidar índices en columnas que filtran o unen es pedir un escaneo completo. Revisa periódicamente dónde filtras/une tu aplicación y crea los índices adecuados (compuestos cuando toque). Equilibra: demasiados índices penalizan escrituras.

Errores típicos al escribir SQL: sintaxis, orden y ambigüedades

La mayoría de errores de novato (y no tan novato) son de sintaxis y inyección SQL. La base de datos no entiende lo que le pides y se queja. Un editor con resaltado ayuda, pero conocer los tropiezos clásicos acelera el arreglo.

Palabras mal escritas: equivocarte con FROM, WHERE o con nombres de tablas/columnas es habitual. Los mensajes suelen indicar dónde falla el parser. Usa un editor con highlighting y autocompletado; si una palabra clave no se colorea, desconfía.

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Paréntesis y comillas: faltar un paréntesis o una comilla abre un hoyo difícil de ver. Ten presente la precedencia de operadores (AND/OR) y agrupa con paréntesis. En literales de texto, escapa comillas internas o alterna comillas simples/dobles para no romper la cadena (p. ej., O\’Reilly).

Orden inválido en SELECT: el orden correcto es SELECT → FROM → WHERE → GROUP BY → HAVING → ORDER BY. Cambiar de sitio ORDER BY o HAVING provoca errores. Memorízalo o ten una chuleta a mano.

Omitir alias de tabla: en un self join o cuando hay columnas con el mismo nombre en dos tablas, obtendrás “columna ambigua”. Usa alias cortos y claros y referencia columna con alias.columna. Además, el SQL se lee mejor.

Nombres con mayúsculas/minúsculas o especiales: si insistes en nombres sensibles a mayúsculas o con espacios, tendrás que citarlos con comillas dobles según el motor. Mejor evita esos nombres; si no, sé consistente al citarlos.

Errores habituales en el desarrollo de bases de datos

Más allá de escribir consultas, hay decisiones de diseño que marcan la diferencia a medio y largo plazo. Aquí van cinco fallos comunes en el desarrollo, con lo que conviene hacer en su lugar para proteger integridad y mantenibilidad.

Abusar de procedimientos almacenados: son útiles, pero con ORMs y capas de acceso modernas ya no necesitas meter toda la lógica ahí. Los SPs tienen coste de mantenimiento y versionado; crea SPs para acceso a datos cuando estén justificados, no para lógica de negocio de la aplicación.

No usar claves primarias: delegar la unicidad a vistas, SPs o a la aplicación multiplica la complejidad y los errores. Define PKs reales en todas las tablas y usa únicas donde aplique; evitarás deduplicaciones a posteriori y consultas frágiles.

Hard delete en lugar de soft delete: borrar físicamente complica auditorías y recuperaciones de “ups me lo cargué”. Para muchos casos de uso, añade una marca de activo/inactivo (soft delete) y exclúyela en tus consultas. Deja el borrado físico para depuraciones controladas.

Base de Datos de Errores Conocidos (KEDB): qué es y por qué te conviene

En operaciones no todo puede resolverse al instante. Las soluciones temporales (workarounds) son inevitables por recursos limitados, complejidad o necesidades de continuidad. La KEDB es el repositorio donde documentas cada error conocido, su causa (si la tienes) y su solución temporal o definitiva.

Forma parte del marco ITIL y se entrecruza con Gestión de Problemas y Gestión del Conocimiento. Cuando surge un incidente recurrente, el equipo consulta la KEDB, aplica la resolución probada y reduce el tiempo de inactividad en lugar de empezar de cero.

Beneficios para usuarios: resolución más rápida, menos interrupciones y resultados más predecibles. Para TI: eficiencia (no reinventar la rueda), retención del conocimiento pese a rotación y datos para mejoras continuas. Para stakeholders: transparencia, decisiones informadas en capacidad/riesgo y ahorro de costes.

Cómo implantar una KEDB eficaz paso a paso

1) Define alcance y objetivos: decide qué fallos entran (software, hardware, red o áreas concretas), cómo se clasifican y qué metas persigues (reducir MTTR, mejorar satisfacción, etc.). Prioriza sistemas y servicios críticos y alinea el alcance con los objetivos de negocio y SLAs.

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Preguntas guía: ¿cubre todo o empezamos por lo de mayor impacto?, ¿buscamos principalmente acortar tiempos de resolución o también detectar patrones para prevención?

2) Recopila y documenta: trabaja con Gestión de Incidentes/Problemas y con los equipos para capturar errores recurrentes y workarounds efectivos que aún no estén escritos. Usa una plantilla sencilla con campos como descripción, causa raíz (si se conoce), solución temporal/definitiva, impacto, fechas y notas.

Consejos: lenguaje claro, pasos accionables, clasificaciones útiles, enlazar incidentes relacionados y actualizar entradas cuando haya novedades.

3) Elige la herramienta: necesitas buena búsqueda, categorización/etiquetado, vínculos entre elementos, escalabilidad, reporting y capacidad de integrarse con tu plataforma ITSM. Priorizad interfaz usable para fomentar adopción; valorar búsqueda con IA y flujos personalizables.

4) Forma a los equipos: enseña a documentar bien, a buscar de forma eficaz y a mantener la calidad. Incluye prácticas con casos reales, guías rápidas, vídeos, mentoring y refrescos periódicos. Fomenta feedback para mejorar el proceso.

5) Mantén y mejora: define responsables, KPIs y un ciclo de revisiones (mensual para lo crítico, trimestral para el resto). Establece revisión por pares de nuevas entradas, documentación continua después de cada problema y un canal de retroalimentación desde usuarios y soporte.

6) Promueve su uso: haz campaña interna, reconoce a quienes más aportan y potencia la colaboración entre áreas (red, software, hardware). Integra la KEDB en la cultura de servicio para que sea el primer sitio donde mirar.

KEDB vs. Base de Conocimiento general (KDB): diferencias clave

La KEDB se centra en fallos conocidos y su solución (temporal o definitiva), muy pegada a Gestión de Problemas e Incidentes. Suele estar integrada con ITSM y su público principal es el equipo técnico que resuelve incidencias.

La KDB abarca mucho más: mejores prácticas, procedimientos, datos de configuración, artículos de ayuda, etc. Su mantenimiento es más amplio, con revisiones de procedimientos y buenas prácticas además de artículos técnicos. En resumen: la KEDB es el subconjunto especializado en “cuando esto falla, haz esto otro”.

Como ves, la estabilidad y el rendimiento de una base de datos dependen tanto de entender los fallos físicos y lógicos (y sus tiempos de detección) como de escribir buen SQL, modelar con cabeza y organizar el conocimiento operativo. Si corriges los cuatro patrones de rendimiento, evitas los errores típicos de sintaxis, diseñas con PKs sólidas y normalización sensata, y además montas una KEDB viva, tendrás una plataforma más rápida, predecible y fácil de operar incluso cuando las cosas se tuercen.

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