- Las VPN modernas ofrecen mucho más que un túnel cifrado: integran protecciones antiphishing, redes Mesh privadas, IPs dedicadas y filtros contra malware y rastreadores.
- Elegir protocolos actuales (WireGuard, OpenVPN, IKEv2/IPsec) y cifrado fuerte (AES-256) es clave, evitando soluciones heredadas como PPTP o L2TP/IPsec por su menor seguridad.
- Para que la VPN no sea un punto débil, hay que combinar autenticación multifactor, segmentación de red, monitorización de registros y actualización constante de software y hardware.
- Funciones como kill switch, tunelización dividida y bloqueo de red, junto con una buena política de uso y formación, convierten la VPN en un pilar sólido de la ciberseguridad en casa y en la empresa.

Si solo usas tu VPN para cambiar de país en Netflix o para conectarte al WiFi del aeropuerto con algo más de tranquilidad, te estás dejando fuera la parte realmente potente de las funciones avanzadas de seguridad. Las VPN modernas son mucho más que un simple túnel cifrado: integran capas extra de protección, automatización y control que pueden marcar la diferencia tanto en casa como en una pyme o en una empresa grande.
En los últimos años han aparecido opciones como protecciones antiphishing integradas, redes Mesh privadas, IPs dedicadas, protocolos de última generación, interruptores de corte inteligentes o cifrado postcuántico. A esto se suman buenas prácticas de despliegue, monitorización y formación de usuarios. Vamos a desgranar todo ese ecosistema para que sepas qué pedirle a tu proveedor y cómo sacarle jugo sin volverte loco con la configuración.
Por qué una VPN sigue siendo clave en tu estrategia de seguridad
Antes de entrar en virguerías técnicas, conviene recordar que una VPN crea un túnel cifrado y encapsulado entre tu dispositivo y un servidor remoto. Ese túnel evita que terceros puedan ver o manipular la información en tránsito, incluso cuando usas redes WiFi abiertas o poco fiables.
A nivel empresarial, esto significa que empleados, proveedores o colaboradores pueden acceder de forma segura a la intranet, aplicaciones internas o bases de datos desde casa, desde otra oficina o desde el extranjero, como si estuvieran físicamente conectados a la red corporativa.
Otra gran baza es que, según cómo la despliegues, una VPN te permite aplicar las mismas políticas de seguridad de la red interna (cortafuegos, segmentación, controles de acceso, registros, etc.) a cualquier persona que se conecte remotamente. De cara al usuario esto suele ser transparente, pero a nivel de seguridad es oro puro.
Y sí, también están los casos más «domésticos»: mejorar la privacidad frente a tu proveedor de Internet, evitar censura y geobloqueos, proteger sesiones de streaming o descargas P2P y, en general, moverte con más discreción por la red.
Funciones avanzadas de seguridad que ya integran muchas VPN
Más allá del túnel básico, los mejores servicios han ido incorporando capas adicionales de protección para cubrir vectores de ataque muy concretos: phishing, malware, fugas de datos si se cae la VPN, accesos remotos masivos, etc. Algunas de estas funciones vienen de serie; otras se reservan para planes «Pro» o empresariales.
Protección de correo electrónico y escudo antiphishing
El correo electrónico sigue siendo el gran coladero. Cada día circulan miles de millones de mensajes de phishing que intentan robar contraseñas, datos bancarios o acceso a paneles corporativos. Los ataques se han refinado tanto que a veces cuesta distinguir a simple vista un email legítimo de uno malicioso.
Algunos proveedores han empezado a integrar en su suite de seguridad una protección específica de email vinculada a la VPN o al módulo antimalware. En lugar de borrar correos sin más, analizan los enlaces y adjuntos y muestran alertas contextuales justo antes de que el usuario haga clic. De esta forma se reduce el riesgo sin romper el flujo normal de trabajo con el correo.
Este enfoque es especialmente interesante en usuarios que trabajan en remoto, porque combina el túnel cifrado de la VPN con una capa inteligente de análisis de amenazas sobre uno de los canales de ataque más habituales: el email.
Red Mesh o LAN segura sobre VPN
Otra función muy potente es la creación de una red Mesh privada entre varios dispositivos usando la VPN como base. Imagina que quieres que varios ordenadores, móviles o NAS se «vean» entre ellos como si estuvieran en la misma red local, pero cada uno está en una casa distinta o en países diferentes.
La red Mesh te permite montar una especie de LAN cifrada y aislada de Internet donde puedes compartir archivos, impresoras o servicios internos con una velocidad y comodidad muy similares a estar enchufado por cable en la misma oficina.
Esto encaja muy bien para familias que comparten mucho contenido, pequeños equipos de trabajo distribuidos o agrupaciones puntuales (por ejemplo, cuando toda la familia se junta en una casa rural y quiere compartir fotos, documentos o jugar en red sin abrir puertos ni complicarse).
La gracia es que todo el tráfico entre los nodos de la red Mesh circula siempre cifrado, segmentado y protegido frente a accesos externos, aprovechando tanto el protocolo de la VPN como reglas adicionales de cortafuegos.
IP dedicada: identidad estable sin revelar la tuya
Por defecto, la mayoría de VPN comparten direcciones IP entre muchos usuarios. Esto aumenta el anonimato, pero también puede ser un incordio para ciertos servicios que reaccionan mal cuando detectan miles de conexiones desde la misma IP.
Ahí entran en juego las IPs dedicadas: una dirección que solo usas tú, pero que igualmente no revela tu IP real. Suelen ser un extra de pago, pero aportan ventajas de estabilidad y compatibilidad muy interesantes:
- Menos CAPTCHAs y bloqueos en webs que «sospechan» de IPs compartidas por demasiados usuarios.
- Menos problemas con banca online, SaaS corporativos o paneles de administración, que a veces bloquean IPs de VPN genéricas.
- Posibilidad de restringir el acceso a servidores o servicios propios a esa IP concreta, añadiendo una capa fuerte de control de acceso.
- Conexiones más estables y predecibles para servicios críticos que dependen de permitir solo ciertos rangos de IP.
En entornos de empresa también es útil para acceder con seguridad a servidores internos, interfaces de administración o escritorios remotos, usando la IP dedicada como «llave» de entrada adicional sobre la autenticación habitual.
Buenas prácticas para que tu VPN no se convierta en un punto débil
Una VPN mal gestionada es como poner una puerta blindada y dejar las llaves debajo del felpudo. El propio acceso remoto cifrado puede ser un caramelito para los atacantes si el software está desactualizado, las claves son débiles o el proveedor acumula vulnerabilidades sin parchear. Para entender los fallos más comunes conviene revisar los errores de ciberseguridad más habituales.
En los últimos años se ha visto un aumento notable de vulnerabilidades en soluciones VPN comerciales y corporativas. Por eso, además de elegir un buen proveedor, hay que cuidar cómo se despliega, configura y mantiene la infraestructura.
Mantener software, routers y cortafuegos siempre al día
Lo primero, aunque suene a tópico: actualizar la aplicación de la VPN, el firmware del router y el software del cortafuegos con regularidad. Muchas campañas de ataque masivo se apoyan en bugs ya conocidos para los que existen parches desde hace meses. Casos como el de Shadowpad en WSUS son un recordatorio de por qué hay que aplicar parches cuanto antes.
Conviene establecer una política de actualizaciones periódicas y supervisadas, tanto en equipos de usuario como en servidores, gateways o appliances que hospeden la VPN. Sin ese mínimo, todo lo demás se tambalea.
Elegir cifrado fuerte y protocolos modernos
A nivel de cifrado, el estándar de facto hoy es AES con claves de 256 bits, considerado seguro incluso para entornos con datos muy sensibles. Este cifrado se aplica en varias rondas de transformación del texto plano, de forma que sin la clave privada es prácticamente inviable recuperar el contenido original.
En cuanto a protocolos, los que dominan hoy son WireGuard, OpenVPN y IKEv2/IPsec, todos de código abierto y con un nivel de seguridad muy alto cuando se configuran correctamente:
- WireGuard: muy rápido, con código minimalista y perfecto tanto para uso doméstico como móvil y corporativo.
- OpenVPN: veterano, hiperconfigurable y capaz de camuflarse como tráfico HTTPS estándar usando TCP 443, ideal para sortear censura dura.
- IKEv2/IPsec: muy estable en movilidad, con buena capacidad para reconectar cuando cambias de WiFi a datos móviles.
En cambio, protocolos antiguos como PPTP, L2TP/IPsec o SSTP se consideran hoy inseguros u obsoletos y no deberían usarse salvo en casos muy específicos de compatibilidad heredada.
Configurar bien router, cortafuegos y segmentación de red
No basta con levantar el túnel: hay que decidir qué tráfico entra, qué sale y hasta dónde llega cada usuario dentro de la red. Esto pasa por:
- Ajustar la NAT y el reenvío de puertos en el router para que el servidor VPN funcione sin exponer servicios innecesarios.
- Definir reglas de cortafuegos específicas para el tráfico de la VPN, permitiendo solo lo que haga falta y bloqueando accesos directos desde Internet.
- Aplicar segmentación de red para que, si una cuenta VPN se ve comprometida, el atacante solo llegue a una parte acotada de la red corporativa.
- Desactivar, en la medida de lo posible, todo tráfico a Internet que no vaya tunelizado, evitando fugas de datos fuera de la VPN.
En empresas pequeñas esto puede parecer exagerado, pero es lo que marca la diferencia entre un incidente menor y un acceso total a la red interna por culpa de una única credencial robada.
Autenticación fuerte: MFA, contraseñas y gestión de claves
Una VPN que solo pide usuario y contraseña es una puerta grande con un solo cerrojo. Lo recomendable hoy es activar autenticación multifactor (MFA), combinando:
- Algo que sabes: contraseña fuerte y única.
- Algo que tienes: código temporal en app, llave física, token, SMS (mejor las dos primeras opciones).
- Algo que eres: biometría (huella, rostro) cuando el dispositivo lo permita.
Además, conviene rotar periódicamente las contraseñas y las claves VPN, prohibir su reutilización en otros servicios y apoyarse en gestores de contraseñas para que los usuarios no acaben tirando de combinaciones débiles.
Monitorización, registros y revisión de políticas
En entornos corporativos y administraciones públicas es fundamental revisar de forma periódica los registros de actividad del servidor VPN para detectar conexiones raras, intentos de acceso fallidos en masa o patrones sospechosos.
También es buena práctica actualizar las políticas internas de uso de la VPN cuando cambian las necesidades de la organización o aparecen nuevas amenazas, en lugar de dejar la configuración «de fábrica» indefinidamente.
Características extra que refuerzan tu privacidad y disponibilidad
Además de las funciones estrella, hay un conjunto de características avanzadas que ya casi deberían considerarse imprescindibles en una VPN moderna, tanto para particulares que se toman en serio su privacidad como para empresas.
Interruptor de corte (kill switch) y bloqueo de red
Uno de los puntos débiles de cualquier VPN es lo que ocurre cuando la conexión con el servidor se cae de forma inesperada. Si no hay ningún mecanismo de control, el sistema puede seguir usando tu conexión a Internet normal y, con ella, tu IP real.
El interruptor de corte o kill switch soluciona esto bloqueando automáticamente toda la conexión a Internet o ciertas aplicaciones clave cuando la VPN deja de estar activa. Hasta que el túnel no se restablece, el tráfico no sale.
Algunas implementaciones van un paso más allá con un bloqueo de red persistente, que impide cualquier conexión a Internet si la VPN no está encendida, ideal para entornos donde no te puedes permitir ni un segundo de fuga.
Tunelización dividida (split tunneling)
La tunelización dividida permite elegir qué aplicaciones o destinos pasan por la VPN y cuáles se conectan directamente a Internet. Esto puede ser muy útil para equilibrar rendimiento, compatibilidad y privacidad.
Por ejemplo, puedes enviar por el túnel todo lo relacionado con correo de trabajo, intranet, herramientas corporativas o banca online, mientras que dejas que servicios locales (como impresoras de red o plataformas de streaming regionales) vayan fuera para evitar bloqueos y reducir latencia.
Bloqueo de anuncios, rastreadores y malware
Muchos proveedores han integrado en sus clientes un filtro DNS o sistema de bloqueo de dominios maliciosos, publicidad y trackers. Al resolverse las peticiones a través de los servidores del propio servicio, pueden bloquear:
- Dominios conocidos por servir malware o intentos de phishing.
- Rastreadores de terceros que siguen tu actividad web.
- Anuncios especialmente invasivos o peligrosos.
Esta capa se suma al cifrado del túnel y ayuda tanto a reducir superficie de ataque como a mejorar la experiencia de navegación (menos ruido, menos scripts innecesarios, menos riesgo).
Cifrado avanzado y enfoque postcuántico
Aunque hoy AES-256 sigue siendo el estándar dominante, algunos proveedores empiezan a trabajar con criptografía pensada para resistir ataques de futuros ordenadores cuánticos. Esto implica cambiar la forma en que se intercambian claves y se establece la sesión segura.
Que una VPN mencione explícitamente la preparación para criptografía postcuántica no es un simple reclamo de marketing: indica que el diseño del protocolo tiene en cuenta escenarios a largo plazo y ataques de alta capacidad de cálculo.
Elegir bien protocolos VPN y casos de uso
Una duda frecuente es qué protocolo escoger en la app del proveedor. No hay una respuesta única, pero sí patrones bastante claros según lo que quieras priorizar: velocidad, estabilidad, evasión de censura o compatibilidad.
WireGuard como opción por defecto
Para la mayoría de usuarios, WireGuard es hoy la opción más equilibrada: muy rápido, sencillo, con buen rendimiento en móviles y revisado públicamente. Está pensado para ofrecer gran velocidad en streaming, juegos online y descargas, manteniendo un cifrado moderno y robusto.
Su código reducido facilita las auditorías y reduce la probabilidad de errores de implementación. Prácticamente todas las grandes VPN ya lo permiten seleccionar o lo usan como base para protocolos propios.
Cuándo apostar por OpenVPN
OpenVPN sigue siendo muy útil en escenarios complicados, sobre todo si necesitas disfrazar el tráfico VPN como HTTPS convencional para sortear cortafuegos agresivos o censura estatal.
Usado en modo TCP por el puerto 443 y, si hace falta, con plugins de ofuscación, puede resultar más lento que WireGuard, pero es una navaja suiza en términos de flexibilidad y compatibilidad con dispositivos y redes antiguas.
IKEv2/IPsec y otros protocolos nativos
IKEv2/IPsec destaca por su rapidez para reconectar cuando la red cambia, algo muy habitual en móviles que saltan entre WiFi y datos. Además, viene integrado en la mayoría de sistemas operativos modernos, lo que permite configurar VPN sin instalar aplicaciones extra (útil en entornos empresariales con políticas muy estrictas).
No obstante, cuando se busca el mejor rendimiento en general, WireGuard suele sacarle ventaja, y su configuración avanzada puede ser algo más compleja.
Protocolos heredados a evitar
Si en la configuración ves opciones como PPTP, L2TP/IPsec o SSTP, lo sensato hoy es ignorarlas salvo que tengas una necesidad de compatibilidad muy específica. PPTP es directamente inseguro, y L2TP/IPsec o SSTP han quedado superados por alternativas más modernas y rápidas.
En empresa no solo se trata de que cada empleado tenga una app en su portátil; también entran en juego distintos modelos de VPN según el tipo de acceso y el tamaño de la organización.
VPN de acceso remoto
Es el escenario más clásico: cada trabajador usa un cliente VPN para conectarse de manera segura a la red corporativa y acceder a unidades compartidas, aplicaciones internas o escritorios remotos.
Todo el tráfico entre su dispositivo y el servidor VPN en la empresa viaja cifrado dentro del túnel, de modo que ni en la WiFi de casa ni en la de un hotel se ve qué hace exactamente ese dispositivo.
VPN sitio a sitio
Cuando una organización tiene varias oficinas o centros de datos, lo habitual es desplegar VPN sitio a sitio entre routers o gateways dedicados. Así se crea un enlace cifrado permanente entre sedes y los usuarios de cada red acceden a recursos compartidos sin levantar manualmente la VPN en sus equipos.
Este tipo de despliegue simplifica mucho la gestión, pero exige todavía más rigor en segmentación, monitorización y actualización, porque un fallo en una sede puede exponerte en todas.
Servicios VPN comerciales para consumidores
Los servicios de VPN de pago orientados al gran público (NordVPN, Surfshark, Proton VPN, etc.) se centran más en privacidad, salto de geobloqueos, streaming, P2P y protección en redes WiFi. Muchos de ellos ya incluyen funciones avanzadas como:
- Bloqueo de malware, trackers y anuncios.
- Protocolos modernos de alta velocidad (WireGuard o equivalentes propios).
- Aplicaciones para casi todos los sistemas y dispositivos: PC, móvil, TV, router, consolas, extensiones de navegador.
- Planes con conexiones simultáneas múltiples e incluso ilimitadas.
A la hora de elegir uno, conviene fijarse no solo en el precio y el número de servidores, sino también en política de registros, jurisdicción legal, auditorías externas y funciones de seguridad adicionales (Mesh, IP dedicada, kill switch, protección WiFi pública, etc.).
Muchas veces se habla de «VPN de navegador», pero en realidad son proxies que solo cifran el tráfico del propio navegador, dejando fuera el resto de aplicaciones del sistema. Pueden servir para algo de privacidad básica o para sortear restricciones ligeras, pero no sustituyen a una VPN completa.
Si lo que buscas es protección robusta a nivel de dispositivo o de red, necesitas un cliente VPN dedicado, no solo una extensión.
Para aprovechar una VPN de forma seria hay que ir más allá del botón de «Conectar» y fijarse en funciones avanzadas como red Mesh, IP dedicada, kill switch, filtros antimalware, protocolos modernos y autenticación fuerte, además de aplicar buenas prácticas de despliegue, segmentación, actualización y formación de usuarios. Combinando todo esto, la VPN pasa de ser un simple truco para cambiar de país a convertirse en una pieza central de tu estrategia de ciberseguridad diaria.
Tabla de Contenidos
- Por qué una VPN sigue siendo clave en tu estrategia de seguridad
- Funciones avanzadas de seguridad que ya integran muchas VPN
- Buenas prácticas para que tu VPN no se convierta en un punto débil
- Características extra que refuerzan tu privacidad y disponibilidad
- Elegir bien protocolos VPN y casos de uso
- VPN corporativas: acceso remoto, sitio a sitio y extensiones de navegador