Modo incógnito: qué es, qué oculta y cómo activarlo en cada navegador

Última actualización: 22 de noviembre de 2025
  • El modo incógnito borra historial, cookies y formularios del dispositivo al cerrar, pero no oculta tu IP ni te hace anónimo.
  • ISP, webs y redes corporativas pueden ver tu actividad; combínalo con VPN o Tor para mayor privacidad.
  • Chrome, Edge, Firefox y Safari tienen atajos y nombres distintos; bloqueos de cookies de terceros pueden romper sitios.

Navegación privada y modo incógnito

La privacidad digital preocupa cada vez más, y es normal: hoy dejamos rastro por todas partes. El llamado modo incógnito o navegación privada promete poner freno a ese rastro local, evitando que otros vean lo que hiciste en tu ordenador o móvil. Pero ¿hasta dónde llega realmente esa protección y qué cosas sigue viendo el resto del mundo?

En esta guía completa encontrarás qué es el modo incógnito, qué guarda y qué no guarda, cómo activarlo en Chrome, Edge, Firefox, Safari y móviles, qué ven tu proveedor de Internet o los sitios web, sus ventajas y limitaciones, y alternativas como VPN o Tor para subir el nivel de privacidad. Contenido revisado y actualizado en junio de 2025.

Qué es el modo incógnito (navegación privada)

El modo incógnito es una forma de abrir ventanas o pestañas que no guardan el historial, las cookies persistentes ni los datos de formularios cuando cierras esa sesión. En la práctica, significa que, al terminar, nadie que use tu dispositivo verá dónde entraste ni qué escribiste.

Ojo con la letra pequeña: esta función no es un escudo total de anonimato. Aunque tu navegador “olvide” localmente lo que hiciste, tu proveedor de Internet, la red del trabajo o la escuela y las webs que visitas pueden seguir observando parte de tu actividad.

Qué hace exactamente y qué no hace

En cualquier navegador moderno, cuando activas la navegación privada se aplican varias medidas: no se añade nada al historial, se descartan cookies y datos del sitio al cerrar la ventana, no se conserva la información que rellenas en formularios y se desactiva el inicio de sesión persistente.

Además, en Google Chrome no se inicia sesión automáticamente en tus cuentas y, por defecto, se bloquean las cookies de terceros dentro de Incógnito. Si una web no funciona bien porque depende de esas cookies, puedes permitirlas temporalmente solo en ese sitio desde el aviso de permisos de cookies o la barra de direcciones.

También debes saber que todas las ventanas de incógnito que abras a la vez pertenecen a la misma sesión temporal. Para terminarla por completo, cierra todas las ventanas privadas; al hacerlo, se borran las cookies temporales y cualquier dato de esa sesión.

Por el lado de las limitaciones, el modo incógnito no oculta tu dirección IP, no evita que una red corporativa o educativa vea tu tráfico y no te protege de malware, phishing o descargas peligrosas. Los archivos que guardes durante la sesión seguirán en tu equipo después de cerrar la ventana privada.

Quién puede ver tu actividad (y qué exactamente)

Cuando navegas “en privado”, tu dispositivo queda limpio al cerrar la sesión, pero no te vuelves invisible para el resto. Estas son las fuentes típicas de visibilidad:

  • Proveedores de Internet (ISP): registran a qué sitios te conectas; con una orden legal, pueden tener que facilitar esos datos.
  • Sitios web: reciben tu IP y pueden inferir tu ubicación aproximada; si inicias sesión, dejas de ser anónimo para ese servicio y sus socios.
  • Redes del trabajo o la escuela: si usas su Wi‑Fi, el administrador puede monitorizar tu tráfico aunque estés en modo privado.

Conclusión clara: Incógnito te cubre frente a miradas locales (la gente que usa tu mismo dispositivo), pero no frente a motores de búsqueda, sitios, ISP o administradores de red.

Cómo activar el modo incógnito en los principales navegadores

Todos los grandes navegadores web incluyen navegación privada, aunque cambie el nombre: Chrome habla de Incógnito, Edge usa InPrivate, Firefox lo llama Ventana privada y Safari Navegación privada. Aquí tienes los pasos rápidos y atajos.

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Google Chrome (Windows, macOS, Linux y ChromeOS)

  1. Abre Chrome y pulsa en el menú (tres puntos, arriba a la derecha).
  2. Elige «Nueva ventana de Incógnito».

Atajos: en Windows/Linux/ChromeOS, Ctrl+Mayús+N; en macOS, ⌘+Mayús+N. Verás un fondo oscuro y el clásico icono «espía»; eso confirma que estás en Incógnito.

Microsoft Edge (InPrivate)

  1. Abre Edge y toca el menú (tres puntos en la esquina superior derecha).
  2. Selecciona «Nueva ventana InPrivate».

Atajos: Windows/Linux Ctrl+Mayús+N; macOS ⌘+Mayús+N. En Edge el modo privado se llama InPrivate y la ventana muestra un tema oscuro con el aviso correspondiente.

Mozilla Firefox (Navegación privada)

  1. Abre Firefox y pulsa el menú (tres líneas horizontales).
  2. Elige «Nueva ventana privada».

Atajos: Windows/Linux Ctrl+Mayús+P; macOS ⌘+Mayús+P. Firefox destaca aquí por su Protección Antirrastreo Mejorada, que bloquea rastreadores por defecto dentro de su modo privado.

Safari en macOS e iPhone (iOS/iPadOS)

En macOS: menú Archivo → «Nueva ventana privada» (atajo ⌘+Mayús+N). En iPhone, abre Safari, toca el botón de pestañas, elige Privado en grupos de pestañas y crea una nueva. La barra de direcciones se vuelve oscura cuando estás en privado.

Android (Chrome)

  1. Abre Chrome móvil y pulsa el menú (tres puntos).
  2. Selecciona «Nueva pestaña de Incógnito».

Recuerda cerrar la pestaña cuando termines: si la dejas abierta, cualquiera que coja tu móvil podría ver esa sesión en curso.

Cookies, rastreadores y por qué algunas webs “se rompen”

En Incógnito, especialmente en Chrome, las cookies de terceros se bloquean por defecto. Eso reduce el seguimiento entre sitios y la publicidad comportamental, pero algunas webs que dependen de ese pegamento pueden dejar de iniciar sesión correctamente o no recordar estados entre páginas.

Si te ocurre, Chrome permite autorizar temporalmente esas cookies solo en el dominio afectado; el permiso caduca con la sesión privada y no quedará guardado para la próxima vez, lo que mantiene tu higiene de privacidad sin romper la página.

Ventajas prácticas del modo incógnito

Para el día a día, navegar en privado tiene usos muy concretos. La ventaja más evidente es la privacidad local: otras personas que compartan tu equipo no verán tu historial ni los formularios que rellenaste.

Además, es muy útil para iniciar sesión en varias cuentas del mismo servicio a la vez (p. ej., dos correos, dos perfiles de una red social o dos paneles de administración) sin que choquen las cookies.

Otra aplicación común es hacer búsquedas o pruebas no influidas por tu historial. Por ejemplo, si gestionas una web, puedes verla “como un usuario nuevo” sin caché, cookies ni sesiones previas.

Y, por supuesto, si estás comprando un regalo o mirando temas sensibles, el modo privado te ahorra sustos para que nadie se lleve una pista en el historial de tu navegador.

Lo que no resuelve (mitos muy frecuentes)

El modo incógnito no debe confundirse con el anonimato. No oculta tu dirección IP ni cifra todo tu tráfico. Por eso, si necesitas ocultar la IP o defenderte del análisis de red, necesitarás una VPN o Tor, que van más allá del ámbito del navegador.

Tampoco sustituye a un antivirus o a un bloqueador de phishing: si descargas un archivo malicioso en privado, el archivo se quedará en tu ordenador igual que si lo bajas en una ventana normal.

Por último, si inicias sesión en un servicio mientras estás en privado (tu banco, X/Twitter, etc.), ese servicio te identifica, por lo que deja de tener sentido pensar en anonimato dentro de esa plataforma.

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Señales visuales y cierre correcto de la sesión

Chrome muestra fondo negro e icono de «espía»; Firefox usa máscara morada y Safari oscurece la barra. Edge marca el modo InPrivate en la interfaz. Si ves un número junto al icono de Incógnito en Chrome, tienes varias ventanas privadas abiertas.

Para salir del modo privado de verdad, cierra todas las ventanas o pestañas de esa sesión. Mientras quede una, tu sesión privada sigue viva y las cookies temporales se mantienen.

Entornos administrados y equipos compartidos

Comprueba en la ayuda de Chrome si el navegador está marcado como «administrado». Si lo está, asume que tu tráfico puede ser visible para tu organización aunque uses el modo privado.

Historia y nombres: cómo llegó la navegación privada

La idea de no dejar huella local no es nueva. En 2005, Safari incorporó por primera vez la «navegación privada». Poco después, en 2008, llegó Google Chrome con su hoy famosísimo «Incógnito»; en 2009, Firefox 3.5 añadió su «modo privado»; y Internet Explorer 8 estrenó «InPrivate» también en 2009.

En 2010, Opera 10.50 se sumó con «navegación privada»; Maxthon la incorporó ese mismo año; Amazon Silk añadió modo privado en 2014; y en 2019 Brave popularizó aún más la privacidad con su «navegación privada» y variantes con Tor. En Edge, la etiqueta fue primero InPrivate con Ctrl+Mayús+P y hoy el atajo por defecto es Ctrl+Mayús+N.

Un apunte curioso: Adobe Flash tardó años en respetar los ajustes de navegación privada (sobre todo con sus objetos compartidos locales tipo cookie). Eso llegó con 10.1 y, a día de hoy, Flash está descatalogado y sin soporte.

Usos habituales (y algunos polémicos)

Entre los usos más citados están ocultar contenido sensible del historial, hacer búsquedas «limpias» sin personalización algorítmica, prestar un equipo con una sesión fresca o gestionar múltiples cuentas en paralelo.

También se ha usado para intentar esquivar muros de pago medidos que cuentan visitas con cookies, con distinto éxito según el medio. En una encuesta de DuckDuckGo, el 48% de los participantes rehusó responder por vergüenza, y el 18% citó las compras como su principal motivo. Un estudio de la Fundación Mozilla halló que la mayoría de las sesiones duran unos 10 minutos, con picos de uso entre 11:00-14:00, a las 17:00, entre 21:00-22:00 y otro pico menor pasada la medianoche.

Preguntas rápidas que te pueden surgir

¿El modo incógnito es seguro? Es seguro de usar en el sentido de que limpia el rastro local, pero no te hace anónimo ante Internet ni evita ciberataques. Úsalo para privacidad local; para anonimizar la conexión, combina con VPN o Tor.

¿Qué oculta y qué no? Oculta historial, cookies persistentes y formularios en tu equipo al cerrar. No oculta la IP, ni tu navegación ante ISP o administradores de red, y perderás el anonimato si inicias sesión en una web.

¿Por qué algunas webs van raras en privado? Porque el modo privado limita o bloquea cookies de terceros y pegamento entre sitios. En Chrome puedes habilitarlas temporalmente para ese dominio y solo durante la sesión.

Alternativas y complementos para más privacidad

Si necesitas algo más que “no dejar rastro” en el equipo, hay herramientas que cifran y desvían tu tráfico o limitan el seguimiento de forma más contundente.

VPN (Red Privada Virtual)

Una VPN cifra tu conexión y envía tu tráfico a través de un servidor intermedio. Para el exterior, tu IP es la del servidor VPN; además, tu ISP no ve a qué webs exactas vas (solo ve que vas a la VPN). Es el complemento ideal del modo privado cuando quieres más discreción.

Tor (The Onion Router)

Tor enruta tu tráfico a través de varios nodos y lo cifra por capas. Ofrece mayor anonimato de red a costa de velocidad. El Navegador Tor es gratuito y fácil de instalar, y es útil si buscas minimizar el rastro de huella digital y mejorar tu seguridad y privacidad.

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Servidores proxy

Funcionan como intermediarios, mostrando su IP en lugar de la tuya. Son útiles para disfrazar el origen, pero no suelen cifrar la conexión, por lo que preferirás una VPN cuando manejas datos sensibles.

Antirrastreo y gestores de contraseñas

Extensiones o navegadores con protección antirrastreo bloquean cookies y técnicas de fingerprinting. Y un gestor de contraseñas te ayuda a crear claves robustas y a no dejarlas grabadas donde no toca, reforzando la seguridad junto al modo privado.

Atajos de teclado y nombres por navegador (guía de bolsillo)

Por si te vienen bien de memoria: Chrome y Edge usan Incógnito/InPrivate con Ctrl+Mayús+N (⌘+Mayús+N en Mac). Firefox abre ventana privada con Ctrl+Mayús+P (⌘+Mayús+P en Mac). Safari lo llama «Navegación privada» (⌘+Mayús+N en macOS, con flujo específico en iOS).

La idea nació en Safari (2005), ganó fama con Chrome (2008) y se estandarizó con IE8/Firefox (2009), Opera (2010), Maxthon (2010), Silk (2014) y Brave (2019). Hoy es una función básica en todos los navegadores serios.

Cómo saber si todo está funcionando bien

Cuando abres una ventana privada, el navegador te recuerda qué guardará y qué no durante esa sesión. Si una web no va, revisa si necesita cookies de terceros y habilítalas de forma temporal. Y recuerda cerrar todas las ventanas de Incógnito para terminar de limpiar.

Si el navegador es parte de una instalación administrada (empresa/centro educativo), asume que el administrador de red podría observar tu tráfico. La navegación privada seguirá evitando el rastro local, pero no la visibilidad en la red.

Temas relacionados y buenas prácticas

Este capítulo se cruza con asuntos como privacidad en Internet, elección de navegador web y, para perfiles avanzados, conceptos de dark web y circuitos anónimos. La mejor práctica: combina modo privado con hábitos de seguridad (actualizaciones, antivirus, contraseñas sólidas) y, si lo necesitas, con VPN o Tor.

Si lo que buscas es ocultar tu rastro para otras personas que usan tu dispositivo, el modo privado cumple a la perfección. Si aspiras a ocultar quién eres en la red o evitar que tu ISP o tu empresa vean a dónde vas, añade cifrado y relés (VPN/Tor) y verás la diferencia.

El modo incógnito es una herramienta útil y rápida para no dejar huella local, gestionar múltiples cuentas y reducir seguimiento básico, pero para blindarte frente a redes y terceros tendrás que sumar capas: bloqueo de rastreadores, VPN o Tor, y sentido común con lo que descargas e inicias sesión.

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