Para qué sirve el puerto USB de la tele y cómo sacarle partido

Última actualización: 27 de noviembre de 2025
  • Los puertos USB de la tele permiten reproducir y grabar contenido, ampliar almacenamiento y conectar todo tipo de periféricos.
  • También se usan para alimentar dispositivos de bajo consumo, mejorar la conectividad con adaptadores y actualizar el firmware del televisor.
  • Conocer el tipo de USB (color, pines y etiquetado) es clave para usar el puerto adecuado según la velocidad y la potencia que necesite cada dispositivo.

puerto USB de la tele

Si miras la parte trasera de tu televisor, verás un buen puñado de conexiones: HDMI, óptica, Ethernet… y casi siempre algún que otro conector USB al que apenas prestamos atención. Sin embargo, los puertos USB de la tele esconden muchísimas más posibilidades que simplemente enchufar un pendrive de vez en cuando. Consulta más sobre las conexiones si quieres conocer otros tipos de puertos relacionados.

En los últimos años, sobre todo con la llegada de las Smart TV y sistemas como Android TV o Google TV, el puerto USB ha pasado de ser “un extra” a convertirse en una herramienta clave para ampliar funciones, mejorar la conectividad, grabar programas, instalar apps e incluso alimentar otros dispositivos. Vamos a ver, paso a paso y con todo lujo de detalles, para qué sirve realmente el USB de tu tele y cómo exprimirlo sin dejar nada en el tintero. Si estás pensando en renovar o comprar, revisa qué mirar al comprar una Smart TV para sacarle partido.

Qué es el puerto USB de la tele y en qué se diferencia del HDMI

Antes de entrar a saco en los usos, conviene tener claro qué pinta el USB en todo esto y qué lo diferencia de otras conexiones. En un televisor moderno suele haber varios HDMI y al menos uno o dos USB. Los HDMI se encargan de llevar audio y vídeo digital de alta definición (consolas, reproductores, decodificadores…), mientras que el USB está pensado, sobre todo, para datos y alimentación eléctrica.

El HDMI, cuyo nombre completo es High-Definition Multimedia Interface, nació para sustituir a conectores analógicos como el euroconector o el RCA. Gracias a él puedes conectar un sintonizador TDT, un reproductor Blu-ray o incluso un dispositivo como Chromecast para volver “lista” una tele antigua. Es la vía principal para mostrar imagen y sonido en alta calidad desde otros aparatos; si no tienes claro qué es un decodificador, puedes leer qué es un decodificador o decoder.

El USB, por su parte, responde a las siglas de Universal Serial Bus y se ha convertido en el estándar para conectar todo tipo de periféricos: teclados, ratones, discos duros, cámaras, smartphones, memorias USB y un largo etcétera. En la tele hace de puente entre el propio televisor y estos dispositivos, permitiendo tanto transferir datos como proporcionar energía a aparatos de bajo consumo.

En la parte trasera o lateral de tu Smart TV, lo normal es encontrar al menos un puerto USB que muchos usuarios ignoran o usan solo para ver alguna película. Sin embargo, ese pequeño conector puede servir para reproducir contenido, grabar la TDT, conectar accesorios, ampliar espacio o actualizar la tele, entre otras cosas que veremos a continuación. Si te interesa cómo conectar unidades de almacenamiento externas y alternativas, echa un vistazo a qué es el puerto eSATA.

usos del puerto USB de la tele

Reproducir contenido multimedia desde memorias y discos externos

Uno de los usos más habituales del USB en la tele es conectar un pendrive o un disco duro externo para ver lo que tenemos dentro. Tu Smart TV puede funcionar como un auténtico centro multimedia sin necesidad de recurrir siempre al streaming ni a la conexión a internet. Conecta un pendrive o un disco duro externo compatible y comprueba formato y capacidad antes de reproducir.

Al enchufar una memoria USB compatible, la tele suele detectar la unidad y abre un explorador con carpetas y archivos. Desde ahí podrás reproducir películas, series, vídeos caseros, música o visualizar fotos a pantalla completa. Es especialmente útil si tienes una colección de cine en local o si quieres llevarte contenido descargado a una segunda vivienda o a casa de un familiar sin depender de plataformas.

Muchas personas también usan este puerto para convertir la tele en un gran marco digital: conectas una memoria con tus álbumes de fotos, activas la reproducción en bucle y tienes tus recuerdos pasando en la pantalla del salón, algo ideal para reuniones familiares o para tener siempre fotos de fondo.

Ten en cuenta que cada marca admite unos formatos de vídeo, audio y subtítulos concretos; por eso, conviene revisar en el manual o en la web del fabricante qué tipos de archivos soporta tu modelo para evitar sorpresas con películas que no se reproduzcan correctamente.

Grabar programas de televisión y usar la TDT como un “grabador personal”

Además de reproducir, muchos televisores pueden usar el USB para grabar. Si tu modelo es compatible, verás algo como PVR (Personal Video Recorder) o USB Recording en las especificaciones. Esta función permite grabar programas, series y películas de la TDT en una memoria USB o en un disco duro externo.

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La mecánica suele ser sencilla: conectas la unidad de almacenamiento, la formateas si la tele te lo pide y, a partir de ahí, puedes programar grabaciones o iniciar la grabación en directo desde el mando a distancia. Así podrás ver tus contenidos favoritos cuando quieras, pausarlos, retroceder o adelantar sin depender de las plataformas online. Si te preocupa conservar esas grabaciones, valora opciones de copia como usar un disco duro externo frente a la nube (disco duro externo).

Para que todo vaya fluido, sobre todo si vas a grabar en alta definición, es recomendable usar un USB 3.0 o superior y un dispositivo con suficiente capacidad. Además, el formato del disco (FAT32, NTFS, etc.) debe ser compatible con el sistema del televisor; si no lo es, la propia tele suele ofrecer formatearlo correctamente.

Algunos modelos con Android TV/Google TV, además, permiten grabar directamente lo que ves en pantalla mediante aplicaciones de captura, guardando el archivo en un pendrive o disco duro conectado. No todos los fabricantes lo integran de serie, pero es otra muestra de hasta dónde se puede llegar con el puerto USB si el sistema lo permite.

Ampliar la memoria interna del Smart TV

Uno de los grandes problemas de muchas Smart TV es que su almacenamiento interno es bastante justo. En cuanto instalas unas cuantas apps y juegos, empiezan los avisos de espacio casi lleno. Aquí el USB vuelve a ser tu amigo, sobre todo en televisores con Android TV o Google TV.

En estos sistemas suele existir la opción de configurar una memoria USB o un disco duro como almacenamiento interno ampliado. El proceso suele pedirte formatear la unidad y “vincularla” a la tele, de forma que, una vez hecho, se use para instalar aplicaciones y guardar datos como si fuera parte del propio aparato.

La ventaja es clara: dejas el USB permanentemente conectado y ganas un buen puñado de gigas extra para apps, juegos y contenidos offline. Eso sí, al configurarlo como almacenamiento interno, esa unidad quedará “ligada” al televisor y normalmente no podrás usarla en otros dispositivos sin volver a formatearla.

Este truco es ideal si eres de los que trastean con muchas apps, instalas servicios menos habituales o pruebas juegos en la tele. Así evitas estar constantemente desinstalando cosas para liberar espacio cada dos por tres.

Cargar y alimentar otros dispositivos desde el USB de la tele

Otro uso muy práctico, aunque a veces olvidado, es emplear el USB del televisor como fuente de alimentación para dispositivos de bajo consumo. No es la carga más rápida del mundo, pero en muchas situaciones te puede salvar la papeleta.

Con el cable adecuado puedes cargar el móvil, unos auriculares inalámbricos, un mando de consola o una powerbank directamente desde la tele. Es especialmente útil en habitaciones con pocos enchufes, hoteles o casas donde ya tienes todas las tomas ocupadas. Eso sí, la intensidad suele ser baja, así que no esperes una carga rápida.

Más allá de los móviles, el puerto USB de la tele se utiliza mucho para alimentar dongles de streaming como Chromecast, Fire Stick o Android TV Box, siempre que el puerto ofrezca la corriente suficiente. De esta manera, evitas tener otro cargador enchufado y de paso mantienes los cables más organizados detrás del televisor.

También puedes conectar tiras de luces LED, pequeños ventiladores USB u otros gadgets que funcionen solo con energía eléctrica. Las famosas tiras LED que se pegan detrás de la tele para crear iluminación ambiental suelen alimentarse precisamente desde el puerto USB, lo que hace que se enciendan y apaguen a la vez que la pantalla.

Conectar periféricos: teclados, ratones, mandos y webcams

Uno de los grandes potenciales del USB es que es compatible con una enorme variedad de periféricos. En una Smart TV, esto significa que puedes conectar un teclado, un ratón, un mando de videojuegos o incluso una cámara web para ampliar lo que puedes hacer con la tele.

Si sueles usar el navegador web de la tele, escribir correos, búsquedas en YouTube o introducir contraseñas, un teclado USB cambia por completo la experiencia. Se acabó escribir letra a letra con las flechas del mando; enchufas el teclado y te mueves casi como si estuvieras en un ordenador.

Un ratón USB también puede ser muy útil. En muchos modelos, el cursor se controla con el ratón de forma similar al PC, lo que hace que navegar por la interfaz, pulsar pequeños botones o moverte por webs complejas sea mucho más cómodo que con el mando a distancia tradicional.

En cuanto a juegos, no hace falta tener una consola para echar una partida. Muchas Smart TV, plataformas como Netflix o dispositivos tipo Chromecast incluyen juegos compatibles con mandos. Conectar un gamepad USB al televisor te permite jugar de forma más precisa y cómoda que con el mando de la tele o con el móvil.

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Por último, en televisores con Android TV/Google TV o apps de videollamadas, puedes conectar una webcam compatible por USB y usar la tele para reuniones con Skype, Google Meet u otros servicios. Ver a tus contactos en una pantalla grande hace las videoconferencias más cómodas, especialmente si sois varias personas delante del televisor.

Adaptadores y dongles: mejorar la conectividad de tu tele

El puerto USB también sirve para ampliar la conectividad del televisor cuando el hardware interno se queda corto o se estropea. Aquí entran en juego los adaptadores USB o dongles. Si necesitas opciones externas consulta guías sobre adaptadores USB y compatibilidad.

Si tu tele no tiene WiFi o la tarjeta interna da problemas, puedes recurrir a un adaptador WiFi USB compatible para volver a conectarla a la red sin tirar un cable de red largo por toda la casa. Muchos fabricantes venden sus propios dongles oficiales y otros adaptadores genéricos también funcionan, aunque conviene comprobar la compatibilidad.

Lo mismo ocurre con el Bluetooth. Hay teles que no traen Bluetooth de serie o cuyo módulo falla con el tiempo. Con un adaptador Bluetooth USB puedes conectar auriculares inalámbricos, altavoces o incluso mandos, consiguiendo así funciones que de fábrica no estaban disponibles.

En algunos casos, hay televisores o dispositivos de streaming que admiten adaptadores USB-Ethernet para conectarse a internet por cable. Esto puede darte una conexión más estable y rápida para el streaming, ideal si ves mucho contenido en 4K o juegas vía nube y la señal WiFi no es muy fiable donde está la tele.

Conectar adaptadores de audio y mejorar el sonido

Un uso menos conocido, pero muy potente, es usar el puerto USB para mejorar el audio del televisor mediante un DAC o adaptador de sonido. No todos los modelos lo soportan, pero cuando es compatible, el salto de calidad puede ser notable.

Un DAC USB (convertidor digital-analógico) se conecta al puerto USB de la tele y, a partir de ahí, ofrece salidas de audio de mayor calidad para conectar altavoces externos, barras de sonido o auriculares exigentes. Esto permite saltarse a veces el procesado de audio interno del televisor, que no siempre es el mejor del mundo.

Para sacarle partido a este tipo de adaptadores, necesitarás altavoces o auriculares a la altura. Si tienes un buen equipo de audio o quieres montarte un pequeño “home cinema” casero, esta alternativa puede darte más opciones que las salidas tradicionales, siempre que el televisor reconozca el dispositivo USB de audio.

Instalar aplicaciones desde un USB

En Smart TV con sistemas abiertos como Android TV o Google TV, el puerto USB permite ir un paso más allá de la tienda oficial. Es posible instalar aplicaciones manualmente a partir de archivos descargados (por ejemplo, archivos APK) guardados en un pendrive.

La idea es sencilla: desde el ordenador descargas el archivo instalable de la app compatible con tu sistema, lo copias al USB y luego lo conectas a la tele para localizarlo con un explorador de archivos. Una vez encontrado, puedes iniciar la instalación siguiendo los pasos que te muestre la pantalla.

Este método resulta útil cuando una app no aparece en la tienda oficial, ha dejado de estar disponible o quieres una versión concreta. Eso sí, hay que tener mucho ojo: si el desarrollador o la fuente no son de confianza, podrías instalar software poco seguro o que funcione mal.

Por eso, siempre es recomendable descargar los instaladores desde páginas fiables y evitar a toda costa fuentes dudosas. Además, conviene recordar que no todos los modelos permiten “apps de orígenes desconocidos” y que en muchos casos tendrás que activar esa opción en los ajustes del sistema.

Actualizar el firmware del televisor de forma manual

Los televisores modernos suelen actualizarse solos mediante internet, pero no siempre es así: hay modelos sin conexión, otros que han dejado de recibir actualizaciones automáticas o casos en los que una actualización falla y hay que instalarla manualmente. De nuevo, el USB es la puerta de entrada.

El procedimiento, en líneas generales, pasa por entrar en la web oficial del fabricante, localizar tu modelo y descargar la última versión de firmware. Esa actualización suele venir en un archivo comprimido o en un fichero específico que tendrás que copiar a una memoria USB siguiendo las instrucciones concretas de la marca.

Una vez tengas el USB preparado, lo conectas al televisor y, desde el menú de ajustes, buscas la opción de “actualizar desde USB” o similar. El equipo reconocerá el archivo y, tras unos minutos, tendrá instalada la nueva versión del sistema, corrigiendo errores y mejorando la estabilidad o añadiendo funciones.

Actualizar de esta forma es especialmente útil cuando la tele no está conectada a internet o la descarga automática da problemas. Eso sí, es importante no apagar el televisor ni retirar el USB durante el proceso para evitar fallos graves en el sistema.

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Diferencias entre tipos de puertos USB de la tele

No todos los puertos USB que ves en el televisor son iguales. Cambian en velocidad, en capacidad de alimentación e incluso en funciones. Saber identificarlos te ayuda a usar cada uno para lo que mejor se le da y evitar errores como intentar alimentar un dispositivo exigente desde un puerto demasiado débil.

Una de las pistas más claras es el color del plástico interno del conector. En muchos dispositivos, incluidos televisores, el color indica la versión del estándar USB y, por tanto, las prestaciones que ofrece en velocidad y potencia.

Los puertos con interior blanco suelen corresponder a las versiones más antiguas (USB 1.0/1.1), que hoy en día apenas se ven. Son muy lentos y se usaban para periféricos básicos como teclados o ratones. Los negros, por lo general, indican USB 2.0, el estándar más extendido durante años, con velocidades suficientes para la mayoría de usos multimedia y una corriente de hasta 500 mA.

Cuando el conector interno es de color azul, normalmente hablamos de USB 3.0 o 3.1 Gen 1. Estos puertos permiten velocidades de transferencia mucho mayores y pueden suministrar hasta 900 mA de corriente, haciéndolos ideales para discos duros externos y para alimentar ciertos dongles de streaming.

Hay otros colores menos habituales: el azul claro suele corresponder a USB 3.1 Gen 2, aún más rápido; el rojo apunta a USB 3.2, capaz de alcanzar tasas muy altas; y el amarillo o naranja suele marcar puertos de carga rápida “Always On”, que siguen alimentando dispositivos incluso con el equipo apagado. En televisores no siempre se usan todos estos colores, pero conviene conocerlos.

Otro detalle técnico importante es el número de pines o contactos internos. Los USB 2.0 incluyen 4 pines, suficientes para datos y alimentación básica, mientras que los USB 3.0 y superiores incorporan 9 pines, lo que permite mayores velocidades y más potencia para dispositivos exigentes como discos duros multimedia.

Además, algunos puertos pueden ir etiquetados con marcas como “USB”, “SS” (de SuperSpeed) o símbolos de carga. Los que llevan “SS” suelen ser 3.0 o superior, ideales para copias de archivos grandes y para alimentar aparatos que requieren más intensidad. Para algo tan delicado como alimentar un Chromecast con Google TV, por ejemplo, no es buena idea usar un 2.0 limitado a 0,5 amperios; mejor recurrir a un 3.0 o a un conector específico de carga más potente.

Casos prácticos: cómo aprovechar el USB en el día a día

Con todo lo anterior sobre la mesa, puede que te preguntes qué usos concretos puedes darle tú, en tu casa o cuando estás fuera. Lo cierto es que el puerto USB convierte la tele en una especie de navaja suiza con la que resolver muchas situaciones cotidianas.

Si estás de viaje en un hotel y solo tienes el cable del móvil pero no el cargador, enchufarlo al USB de la tele es una solución rápida para que no te quedes sin batería. Si llevas un pendrive con series o películas, podrás verlas en prácticamente cualquier tele con USB, siempre que el modelo admita reproducción desde ese puerto.

En casa, el USB te permite personalizar la tele con tiras de luces LED alimentadas directamente desde el televisor, montar un pequeño puesto “multimedia” con teclado y ratón para navegar por internet en grande o grabar tus programas favoritos de la TDT para verlos cuando te apetezca.

Si eres más avanzado, puedes aprovecharlo para instalar apps que no aparecen en la tienda, probar servicios nuevos o actualizar la tele cuando el fabricante libera un firmware que corrige fallos molestos. Y si alguna conexión inalámbrica se queda corta, siempre te quedará la opción de recurrir a adaptadores USB para WiFi, Bluetooth o incluso cable de red.

El puerto USB de la tele es mucho más que un simple agujero para pendrives. Es una puerta de entrada a contenido, funciones extra, mejores conexiones y hasta a una experiencia más cómoda y personal con tu Smart TV. Entender qué puede hacer y qué tipo de USB tienes delante te ayudará a sacarle todo el partido y dejar de desperdiciar un conector que, bien aprovechado, da muchísimo juego.

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