- WinBoat ejecuta un Windows real con KVM y Docker e integra sus ventanas en Linux.
- Mayor compatibilidad que Wine, con límites en GPU y anticheat de kernel.
- Requisitos claros: KVM activo, Docker rootful, FreeRDP 3 y 32 GB en /var.
Dar el salto a Linux impone respeto, y casi siempre por lo mismo: la compatibilidad con aplicaciones de Windows. Aunque hay alternativas de código abierto para casi todo, no siempre cubren el 100% de necesidades, y puede que sigas dependiendo de ese editor, ese ERP o ese juego concreto que solo funciona en el sistema de Microsoft.
Ahí entra en escena WinBoat: no es otra capa tipo Wine, ni una máquina virtual pesada en plan clásico. WinBoat ejecuta un Windows real bajo el capó, con virtualización KVM y contenedores Docker, e integra sus ventanas en tu escritorio Linux a través de FreeRDP/RemoteApp. El resultado es que las apps de Windows se comportan como si fuesen casi nativas, sin tener que montar un arranque dual ni pelearte con configuraciones crípticas.
Qué es WinBoat y para qué sirve
WinBoat es una aplicación gratuita y de código abierto que busca acortar la distancia entre ambos mundos: “Windows for Penguins” en estado puro. Su creador, conocido como TibixDev, ha diseñado una interfaz pulida con automatizaciones para que el proceso de levantar un entorno Windows integrado en Linux sea lo más sencillo posible, apto tanto para recién llegados desde Windows como para usuarios avanzados que necesitan fiabilidad.
En esencia, levanta un Windows de verdad y presenta sus programas como ventanas independientes en tu sesión de GNOME, KDE o el entorno que uses. Si algo funciona en Windows, es muy probable que funcione aquí, con dos excepciones importantes: aplicaciones que exigen aceleración gráfica de alto nivel (passthrough de GPU) y juegos con anticheat a nivel de kernel.
Además de la integración de ventanas, WinBoat ofrece opciones prácticas: escritorio completo de Windows bajo demanda, paso de tarjetas inteligentes, monitorización de recursos y mejoras que van llegando versión a versión. La idea no es emular ni traducir APIs, sino encapsular Windows y exponer sus apps de forma cómoda y estable.
Si has usado WinApps, notarás un enfoque distinto. En ese proyecto, la configuración recae más en el usuario: más pasos manuales y menos automatización. WinBoat reduce ese esfuerzo con un asistente gráfico y una experiencia más cohesionada, sin sacrificar control cuando necesitas ajustar cosas finas.
Cómo funciona: KVM, Docker y FreeRDP bajo el capó
La clave técnica de WinBoat está en combinar tecnologías probadas: KVM para virtualización asistida por hardware, Docker como orquestador de la infraestructura y FreeRDP/RemoteApp para componer las ventanas en el escritorio Linux. No verás un “monitor” de máquina virtual tradicional: verás ventanas sueltas, anclables, redimensionables y movibles como cualquier otra aplicación nativa.
Para que el flujo de trabajo sea fluido, WinBoat monta tu directorio de usuario de Linux dentro del Windows invitado. Compartir archivos es inmediato y no necesitas inventos de red adicionales. Puedes abrir una app concreta de Windows, alternar con Alt+Tab, moverla entre escritorios o, si te hace falta, abrir el escritorio completo del invitado.
Este enfoque evita los fallos típicos de traducción de llamadas de Wine porque no traduce nada: ejecuta Windows auténtico. A cambio, consume más recursos que una simple capa de compatibilidad, lo que conviene tener en mente si tu equipo es de gama modesta.
En cuanto a la presentación, WinBoat se apoya en una interfaz moderna (basada en Electron) para que la instalación y el arranque sean menos intimidantes. La idea es que el usuario toque lo justo: marcas tus preferencias y el sistema prepara la “cocina”.
Requisitos y compatibilidad con distribuciones
Para que todo funcione a la primera, conviene revisar el checklist de requisitos. WinBoat necesita virtualización habilitada en BIOS/UEFI (Intel VT-x/AMD-V) y acceso a KVM desde el kernel Linux. Si KVM está bloqueado o deshabilitado, no arrancará por muy bien que instales el resto.
Los mínimos razonables son: 4 GB de RAM para el invitado (mejor si tu equipo tiene 8 GB o más para no dejar seco al host), CPU con al menos 2 hilos, y unos 32 GB de espacio libre, preferiblemente en /var, donde se descargan imágenes y se guardan datos. También vas a necesitar Docker y Docker Compose v2, que en WinBoat deben funcionar en modo “rootful” (con privilegios normales de Docker).
Importante: no hay soporte para Docker Desktop, ni para contenedores rootless, ni para Podman a día de hoy. En entornos que sustituyen Docker por un socket de Podman, la comunicación con el invitado se rompe. Está en la hoja de ruta, pero hay problemas de red por resolver.
En el lado del escritorio remoto, WinBoat depende de FreeRDP 3.x.x con audio. Asegúrate de tener esa rama para evitar sorpresas con el sonido. Y, por cierto, el usuario con el que lances WinBoat debe estar en el grupo docker para no andar con sudo todo el rato.
En cuanto a distribuciones, el abanico es amplio. Si tu distro admite AppImage, .deb o .rpm, tienes papeletas de que funcione (Ubuntu, Fedora, Mint, etc.), siempre que cumplas los requisitos anteriores y tengas Docker y KVM bien preparados.
Descarga, instalación y formatos disponibles
El proyecto publica compilaciones que facilitan empezar rápido. Puedes optar por AppImage (portable) o por el paquete sin empaquetar (“Unpacked”), donde basta con ejecutar el binario en linux-unpacked/winboat. En algunas distros encontrarás .deb o .rpm proporcionados por la comunidad o por el propio repositorio cuando los hay.
La primera puesta en marcha descarga y despliega la imagen base de Windows que utiliza WinBoat. No partes de una instalación desde cero a menos que lo elijas: el asistente automatiza gran parte del proceso y, en cuestión de minutos, tendrás el entorno listo. En algunos casos, se ofrecen opciones para usar una ISO personalizada si necesitas un Windows con requisitos específicos.
El tiempo de provisión inicial puede rondar la media hora en conexiones normales. Ten a mano una red estable para esa fase. Tras eso, levantar apps de Windows o abrir el escritorio es mucho más ágil.
Recuerda que algunos componentes los instalas tú: Docker, Compose v2, FreeRDP 3, pertenencia al grupo docker y módulos iptables (iptables e iptable_nat). Pasada esa preparación, el resto es bastante guiado desde la app.
Compilar desde el código y modo desarrollo
Si prefieres construir WinBoat en tu máquina, el proceso es directo siempre que tengas las dependencias. Necesitarás NodeJS y Go instalados antes de empezar. Los pasos básicos, resumidos y adaptados, son estos:
git clone https://github.com/TibixDev/WinBoat
npm i
npm run build:linux-gs
Los binarios resultantes aparecerán en la carpeta dist, con variantes AppImage y Unpacked. Para desarrollo, puedes lanzar un entorno local con npm run dev tras compilar el “guest server” con npm run build-guest-server
. Esto acelera la iteración si vas a contribuir o depurar.
USB, periféricos y ajustes de hardware
El paso de USB está en el radar de la interfaz gráfica, pero hoy por hoy se puede usar de forma manual. Una vez instalado WinBoat, edita el archivo de composición en ~/.winboat/docker-compose.yml
para exponer dispositivos USB concretos al invitado. Tras los cambios, aplica con:
docker-compose down
docker-compose up -d
Esto te permite, con un poco de cuidado, enganchar lectores, dongles u otros periféricos al Windows invitado. Es un apaño eficaz mientras la GUI incorpora estos controles de forma oficial.
Aceleración gráfica y estado del passthrough de GPU
Hoy no hay passthrough de GPU operativo y estable en WinBoat. El plan pasa por usar drivers paravirtualizados, pero todavía no hay una solución madura lista para el gran público. Se han explorado vías como MVisor Win VGPU Driver (con resultados prometedores en otros hipervisores) y se sigue de cerca el trabajo en drivers de DirectX.
También se ha investigado Looking Glass (especialmente su Indirect Display Driver) para evitar la necesidad de una segunda GPU, pero por ahora los intentos acaban en pantalla negra o en resultados no publicables. La propia comunidad y el autor de esos componentes indican que no está listo para usarse con garantías.
La consecuencia práctica es clara: los títulos AAA y software 3D exigente no son el punto fuerte del proyecto a día de hoy. Si tu prioridad es jugar a tope de gráficos, el arranque dual o soluciones con passthrough PCIe en VMs dedicadas (y hardware compatible) siguen siendo atajos más realistas.
WinBoat frente a Wine, Proton y las VMs de siempre
Comparado con Wine, WinBoat juega otra liga. Wine traduce llamadas de Windows a Linux y, cuando acierta, es ligero y rapidísimo. Pero también falla en apps modernas o con dependencias muy específicas. WinBoat evita esa ruleta ejecutando Windows tal cual, a costa de más recursos de CPU, RAM y almacenamiento.
Si miramos Proton (la adaptación de Wine de Valve), su foco es el gaming en Steam, con avances enormes. Pero los anticheats agresivos y ciertas dependencias de kernel siguen siendo una barrera. En productividad y software corporativo, WinBoat gana puntos por fiabilidad.
Frente a VirtualBox o VMware, WinBoat es más “ligero” en la experiencia cotidiana: no gestionas discos virtuales a la vieja usanza ni asignas recursos fijos tan rígidos, y la integración de ventanas en el host es mucho más fina. Aun así, no olvides que debajo hay un Windows completo con su coste de recursos.
Juegos y software con anticheat
Si lo tuyo es el competitivo online con anticheat a nivel de kernel, no hay atajos: esos sistemas detectan la virtualización y bloquean el arranque. En juegos menos estrictos o antiguos puedes tener una experiencia aceptable, pero WinBoat no nace como plataforma de gaming hardcore. Para ese escenario, dual boot o un PC Windows dedicado serán opciones más sensatas.
En cambio, para títulos casuales o herramientas auxiliares de juego (launchers, mods que no dependan de kernel, etc.), el rendimiento puede ser suficiente, teniendo en cuenta el overhead de la virtualización y la falta de aceleración 3D completa.
Aplicaciones prácticas, casos de uso y compatibilidad real
Donde WinBoat brilla es en productividad y software profesional que a Wine se le atraganta. Se han mencionado casos como Affinity Photo, Paint Tool SAI v1.0, piezas de la suite de Adobe, Acrobat o AeroChat, además de Microsoft Office, incluido Office 365. Para estudios, oficinas y entornos corporativos, esta fiabilidad pesa más que el rendimiento puro.
También es atractivo para usuarios que dejan atrás Windows 10, cuyo soporte finaliza el 14 de octubre de 2025. Si tu hardware no cumple los requisitos de Windows 11 o simplemente prefieres Linux, WinBoat reduce muchísimo el miedo a perder tus herramientas clave de Windows durante la transición.
En el día a día, abrir una app concreta de Windows como si fuera nativa, compartir archivos desde tu home y mantener la estabilidad es un gustazo. La latencia existe —es un invitado virtual, al fin y al cabo—, pero en ofimática, contabilidad, gestión, diseño 2D o utilidades empresariales suele ser perfectamente manejable.
Estado del proyecto, licencia y contribuciones
WinBoat se considera todavía una beta sólida. Pueden aparecer errores, quirks de red o límites en configuraciones particulares. Aun así, el ritmo de mejora es bueno y la comunidad en torno al proyecto crece con guías y aportes para Ubuntu, Fedora, Arch, etc.
El proyecto está bajo licencia MIT, así que puedes contribuir con código, documentación o feedback. Se anima a centrar los PRs en lo técnico (se descartan aportes de contenido político, sexual u otros temas ajenos al desarrollo). Si te apetece ayudar, lo ideal es revisar issues, proponer mejoras y abrir PRs acotadas y bien documentadas.
En cuanto a la comunicación, algunos hilos y sitios de referencia muestran avisos estándar de privacidad y cookies (p. ej., plataformas como Reddit o embeds de X). Son mensajes propios de esas webs y no afectan al funcionamiento de WinBoat; sirven como contexto de las fuentes consultadas.
Consejos rápidos para que todo fluya
Antes de lanzarte a instalar, tómate cinco minutos para verificar que tu usuario está en el grupo docker y que puedes ejecutar contenedores sin sudo. Si no, arréglalo con un sudo usermod -aG docker tu_usuario
y reinicia sesión.
Comprueba que FreeRDP es la versión 3.x.x con soporte de sonido. Versiones anteriores pueden dar fallos desagradables en audio. Y revisa que tienes espacio en /var suficiente para que la imagen de Windows y los datos no te dejen tirado a mitad de despliegue.
En BIOS/UEFI, activa VT-x/AMD-V y, ya dentro de Linux, verifica KVM con los comandos habituales (por ejemplo, listando módulos o comprobando permisos). Sin KVM operativo, no hay WinBoat, por muy correcto que esté todo lo demás.
Si piensas usar dispositivos USB dentro del invitado, anota sus identificadores y documenta los cambios que hagas en ~/.winboat/docker-compose.yml
. Un mini-checklist te ahorrará tiempo cuando subas y bajes contenedores o cambies de equipo.
WinBoat propone una solución pragmática: compatibilidad casi total con apps de Windows en Linux gracias a un Windows real contenedorizado, con ventanas integradas y un enfoque más ligero que las VMs clásicas. No es la herramienta ideal para juegos AAA ni para trabajos con GPU intensiva, pero sí un puente fiable para productividad, suites empresariales y software que Wine o Proton no dominan. Si buscas libertad en Linux sin renunciar a tus programas vitales de Windows, aquí tienes una opción muy seria para tu día a día.
Tabla de Contenidos
- Qué es WinBoat y para qué sirve
- Cómo funciona: KVM, Docker y FreeRDP bajo el capó
- Requisitos y compatibilidad con distribuciones
- Descarga, instalación y formatos disponibles
- Compilar desde el código y modo desarrollo
- USB, periféricos y ajustes de hardware
- Aceleración gráfica y estado del passthrough de GPU
- WinBoat frente a Wine, Proton y las VMs de siempre
- Juegos y software con anticheat
- Aplicaciones prácticas, casos de uso y compatibilidad real
- Estado del proyecto, licencia y contribuciones
- Consejos rápidos para que todo fluya