- Las infraestructuras comunes de telecomunicaciones (ICT) permiten distribuir voz, datos y televisión en edificios con redes de alta y muy alta capacidad.
- La Ley General de Telecomunicaciones y el Real Decreto 346/2011 regulan el despliegue, la competencia entre operadores y las obligaciones técnicas de las ICT.
- Los proyectos de ICT deben ser diseñados y firmados por profesionales titulados y presentados en las Jefaturas Provinciales de Inspección de Telecomunicaciones.
- Una ICT bien diseñada es la base de edificios inteligentes, con domótica, eficiencia energética, seguridad avanzada y servicios de Hogar Digital.
En nuestro día a día, tener buena conexión a internet, televisión y telefonía ya no es un lujo, es algo tan básico como la luz o el agua. Detrás de esa sensación de “todo va fino” en casa, en la oficina o en un hotel hay algo que casi nunca se ve: las infraestructuras de telecomunicaciones en el interior de los edificios, con sus cables, recintos, antenas y equipos perfectamente coordinados.
La combinación de normativa específica, avances tecnológicos y necesidades de usuario ha hecho que, en España, las telecomunicaciones en edificios estén muy reguladas y sean cada vez más avanzadas. Desde las Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones (ICT) hasta la domótica, el IoT y los edificios inteligentes, se ha creado todo un ecosistema para que operadores, propietarios y administraciones puedan desplegar redes de muy alta capacidad con garantías de calidad, seguridad y competencia.
Telecomunicaciones en edificios y redes de nueva generación en España
En los últimos años, España ha vivido un despliegue masivo de redes fijas de alta y muy alta capacidad, especialmente de fibra óptica hasta el hogar (FTTH). Para que te hagas una idea, hacia mediados de 2021 la cobertura de estas redes rondaba ya el 88% de los hogares, una cifra muy elevada en comparación con otros países del entorno europeo.
Este despliegue no solo se ha centrado en llegar donde antes no había cobertura, sino también en crear escenarios de competencia real entre operadores en los propios edificios. Aunque ya existan servicios de banda ancha o televisión, que haya varios operadores con sus propias infraestructuras en el inmueble permite a los usuarios elegir y presiona a la baja los precios, además de mejorar la calidad.
Un factor decisivo para este nivel de capilaridad ha sido la incorporación, desde 1998, de la Infraestructura Común de Telecomunicaciones (ICT) obligatoria en los edificios de nueva construcción. Esta ICT, junto con la posibilidad de instalar tramos finales de redes de alta y muy alta capacidad en edificios existentes, ha allanado el camino para que la fibra óptica y otras tecnologías lleguen hasta prácticamente cualquier vivienda o local.
Todo este marco se apoya en la Ley 11/2022, de 28 de junio, Ley General de Telecomunicaciones (LGTel), que persigue un equilibrio complicado: fomentar la competencia entre operadores sin desincentivar las enormes inversiones necesarias para desplegar estas redes. Las redes de muy alta capacidad requieren desembolsos millonarios, y la norma intenta evitar que estos costes se conviertan en una barrera de entrada que deje el mercado en manos de solo unos pocos actores.
Artículo 55 de la LGTel: instalación de redes fijas en edificios

El artículo 55 de la Ley General de Telecomunicaciones regula aspectos clave sobre cómo los operadores pueden desplegar las redes fijas de alta y muy alta capacidad dentro de edificios, fincas y conjuntos inmobiliarios. Es especialmente relevante para los tramos finales de red, es decir, aquellos que conectan la infraestructura del operador con las viviendas o locales.
En su apartado 5 se concreta que los operadores pueden instalar esos tramos finales en los edificios y, en determinadas circunstancias, utilizar incluso las fachadas para realizar el tendido. Esta posibilidad de usar las fachadas se reserva para casos en los que no haya alternativas económicamente razonables y técnicamente viables, y siempre respetando ciertas condiciones estéticas y de seguridad.
Cuando hablamos de edificios sometidos o que deban someterse al régimen de propiedad horizontal, el artículo establece una regla importante: desde el momento en que un primer operador inicia la instalación del tramo final en un edificio concreto (ya sea por el interior o por la fachada), cualquier otro operador tiene derecho a desplegar su propia red en esa misma edificación. De este modo se evita que el primero que entra se convierta, de facto, en el único que puede explotar esa infraestructura.
Además, el mismo apartado reconoce el derecho de paso de los operadores por cualquier edificio, esté o no sujeto a propiedad horizontal, cuando sea necesario para dar continuidad a instalaciones en edificios colindantes o cercanos. Eso sí, solo se admite este paso cuando no exista otra alternativa económicamente eficiente y técnicamente factible para realizar el trazado de la red.
Para proteger a los propietarios y usuarios finales, la ley exige que el operador realice una comunicación previa por escrito a los propietarios, acompañada de una memoria descriptiva de la actuación prevista. De esta forma, los dueños del edificio saben qué se va a instalar, dónde y con qué impacto, reduciendo posibles conflictos.
Con el objetivo de aclarar dudas y facilitar la aplicación práctica del artículo 55.5 de la LGTel, la Administración ha publicado una nota explicativa específica orientada a resolver controversias entre operadores y propietarios relativas a la instalación de tramos finales de redes fijas en edificios ya construidos. Esta nota sirve como guía interpretativa y herramienta de mediación cuando surgen discrepancias.
Reglamento de Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones (Real Decreto 346/2011)
Todo lo que tiene que ver con las infraestructuras comunes de telecomunicaciones en el interior de los edificios se articula, en España, a través del Real Decreto 346/2011, de 11 de marzo. Este reglamento aprueba el marco regulador de las ICT para el acceso a los servicios de telecomunicación dentro de las edificaciones y sustituyó al anterior Reglamento del Real Decreto 401/2003.
El nuevo reglamento se publicó en el Boletín Oficial del Estado el 1 de abril y entró en vigor al día siguiente. Aun así, se contempló un régimen transitorio: durante seis meses desde su entrada en vigor, los proyectos técnicos presentados para solicitar licencia de obras, así como aquellos ya presentados pero no ejecutados, podían seguir rigiéndose por los anexos del reglamento anterior de 2003. De esta manera se evitaban bloqueos administrativos y se daba margen a los profesionales para adaptarse a las nuevas exigencias.
El objetivo central del Real Decreto 346/2011 es muy claro: facilitar la introducción de redes de acceso ultrarrápido en los edificios de nueva construcción e impulsar, con ello, las inversiones de los operadores en redes capaces de ofrecer velocidades superiores a 100 Mbit/s. Para lograrlo, se incorporan la fibra óptica y el cable coaxial como infraestructuras adicionales junto al tradicional par de cobre.
Este reglamento también actualiza la normativa técnica de radio y televisión, adaptándola al escenario de la Televisión Digital Terrestre (TDT) y a los cambios en el uso del espectro radioeléctrico. Afecta por igual a todo tipo de viviendas, tanto libres como de protección oficial, y busca que cualquier usuario pueda acceder, desde su hogar, a servicios de telefonía, banda ancha y televisión en condiciones óptimas.
Entre las principales novedades, el reglamento introduce los elementos necesarios para que las ICT se diseñen de tal forma que puedan evolucionar hacia el concepto de “Hogar Digital”. Hablamos de viviendas que integran funcionalidades avanzadas como mayor seguridad, ahorro y eficiencia energética, accesibilidad, automatización de sistemas, etc. La adaptación a estos estándares es voluntaria para el promotor, pero el texto incluye una clasificación de las viviendas en función de los dispositivos y servicios de Hogar Digital que incorporan, lo que sirve como referencia objetiva para promotores, Administraciones y compradores.
Las ICT se conciben, además, en el marco del proceso de liberalización del sector: garantizan el derecho de los ciudadanos a acceder a cualquier operador que preste servicio en su zona y aseguran una competencia efectiva al ofrecer igualdad de oportunidades para que los distintos operadores hagan llegar sus servicios hasta los clientes, a través de recintos, canalizaciones y cableado común bien definido.
Qué son las Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones (ICT)
Las Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones son, básicamente, el sistema organizado que distribuye las señales de telecomunicación dentro de un edificio: televisión, telefonía, datos, banda ancha y otros servicios asociados. Pueden estar presentes en edificios residenciales, comerciales, industriales o institucionales, y su función es garantizar que todos los usuarios tengan acceso a una conectividad fiable desde cualquier punto del inmueble.
La ICT se compone de varios subsistemas, pero se suelen distinguir dos grandes bloques: recintos y canalizaciones. Los recintos son espacios físicos (salas técnicas, armarios, racks) donde se alojan equipos como routers, servidores, conmutadores, repartidores de señal o sistemas de seguridad. En ellos se concentra la llegada de los operadores y la distribución hacia el interior del edificio.
Por otro lado, las canalizaciones son los conductos y rutas por donde discurren los cables de telecomunicaciones y, en ocasiones, cables de alimentación necesarios para el funcionamiento de los equipos. Estas canalizaciones pueden ser subterráneas, aéreas o interiores, y están diseñadas para facilitar la instalación inicial, las ampliaciones y las tareas de mantenimiento de forma ordenada y segura.
Dentro de estas canalizaciones se tienden los diferentes tipos de cableado: par de cobre, cable coaxial y fibra óptica. El par de cobre sigue siendo habitual en telefonía tradicional y algunos servicios de datos; el coaxial se utiliza mucho para distribución de televisión; y la fibra óptica es la reina en las redes modernas, al permitir transportar grandes volúmenes de datos a alta velocidad con muy baja atenuación.
Gracias a esta infraestructura común, el edificio dispone de una única red troncal bien organizada que da soporte a todos los servicios, con tomas de acceso en las viviendas, oficinas o locales. Los usuarios solo ven la roseta o la toma RJ45 o coaxial, pero detrás hay un sistema completo: cables troncales, registros de paso, derivadores, amplificadores, repartidores, armarios de comunicaciones y demás dispositivos que garantizan una transmisión rápida, estable y segura.
Elementos básicos de una instalación de telecomunicaciones en edificios
Si bajamos al detalle técnico, una instalación de telecomunicaciones en un edificio incluye un conjunto de elementos que trabajan de manera coordinada desde el punto de entrada de la señal hasta el punto de uso en cada estancia.
En primer lugar, podemos hablar del emisor, que es el dispositivo o equipo que genera la señal: puede ser un equipo de red que produce datos, un sistema que origina una llamada de voz o una fuente de señal de televisión. Este emisor transforma la información en señales eléctricas, ópticas o electromagnéticas susceptibles de viajar por el medio de transmisión seleccionado.
En el extremo contrario está el receptor, encargado de captar esa señal y volver a convertirla en algo comprensible para el usuario final: una página web que se carga, una videollamada fluida o un canal de televisión en alta definición. Emisor y receptor deben estar bien alineados y configurados para que la comunicación sea eficiente y sin interrupciones.
Entre ambos se encuentra el medio de transmisión, que puede estar formado por cables de cobre y fibra óptica. En cobre, lo más habitual es el par trenzado (muy usado en redes de datos Ethernet y telefonía) y el cable coaxial (muy extendido en distribución de radio y televisión). La fibra óptica, por su parte, permite transportar datos a velocidades muy elevadas y con pérdidas mínimas, lo que la hace imprescindible en las redes de última generación dentro y fuera de los edificios.
En muchos sistemas, sobre todo los que necesitan comunicación inalámbrica, entran en juego las antenas. Son las responsables de captar o emitir ondas electromagnéticas para servicios como televisión, radio, redes móviles o determinados sistemas de datos. Las hay parabólicas, de rejilla, omnidireccionales y de otros tipos, según el servicio y la frecuencia utilizada.
También son muy importantes los duplexores y diplexores, que se encargan de optimizar el uso de los canales de transmisión y del espectro de frecuencias. Los duplexores permiten que la transmisión y la recepción de señales se realicen de forma simultánea por la misma línea sin interferirse, algo clave en muchos sistemas de comunicación. Los diplexores, por su parte, combinan o separan señales de distintas bandas de frecuencia que comparten un mismo soporte físico, como pueden ser las señales de radio y televisión sobre un mismo cable.
Importancia de las telecomunicaciones en edificios inteligentes e industrias
La evolución de los inmuebles va mucho más allá de la fachada o del diseño interior. Hoy en día, los edificios inteligentes dependen de una infraestructura sólida de telecomunicaciones para poder integrar domótica, sistemas de seguridad avanzados, monitorización energética y todo lo relacionado con el Internet de las Cosas (IoT e IIoT en entornos industriales).
En entornos empresariales e industriales, la ICT es la columna vertebral que soporta la conectividad y la comunicación entre departamentos, máquinas y sistemas. Esto permite un trabajo colaborativo más ágil, facilita el intercambio de datos críticos y hace posible que la información en tiempo real esté disponible donde se necesita, cuando se necesita.
La infraestructura de telecomunicaciones también es la base para el control y la automatización de procesos. A través de redes cableadas y WiFi, sensores y actuadores se comunican con plataformas de gestión que regulan climatización, iluminación, producción industrial, logística interna y otros muchos procesos. En el ámbito del Internet Industrial de las Cosas, esto se traduce en más precisión, menos errores humanos, reducción de costes operativos y una mayor seguridad para las personas.
Otro punto clave es la monitorización remota. Gracias a las redes de comunicaciones, es posible vigilar en tiempo real el estado de equipos y sistemas distribuidos por todo un edificio o complejo industrial. Esto permite adoptar estrategias de mantenimiento predictivo y proactivo: se detectan desviaciones antes de que se conviertan en fallos graves, se programan intervenciones en el momento óptimo y se alarga la vida útil de los activos.
En lo relativo a la energía, las telecomunicaciones posibilitan la implantación de sistemas de gestión energética avanzados. Mediante sensores distribuidos, se recopilan datos sobre consumos eléctricos, de climatización o de iluminación en tiempo real. Con esta información se pueden identificar patrones de uso, localizar ineficiencias y aplicar medidas correctoras. Además, se facilita la integración de sistemas BMS (Building Management System) y protocolos como DALI para iluminación o HVAC para climatización, que ajustan los consumos a la ocupación real y a las condiciones ambientales.
Las telecomunicaciones también potencian la seguridad y la accesibilidad. Sistemas de videovigilancia IP, control de accesos, alarmas de intrusión, videoporteros avanzados o soluciones de teleasistencia para personas mayores o con discapacidad se apoyan en redes robustas para funcionar correctamente. Todo ello contribuye a edificios más seguros, cómodos y adaptados a las necesidades de sus usuarios.
Liberación del segundo dividendo digital y adaptación de las ICT
Un aspecto regulatorio con impacto directo en las instalaciones de telecomunicaciones en edificios ha sido la liberación del segundo dividendo digital. Con el Real Decreto 391/2019, de 21 de junio, se aprobó el nuevo Plan Técnico Nacional de la TDT y se establecieron las condiciones para trasladar los canales de televisión que operaban en la banda 694-790 MHz a la franja 470-694 MHz.
Este cambio en el reparto del espectro radioeléctrico afecta de lleno a los documentos de proyecto y a las instalaciones ICT que se presentan ante la Administración de telecomunicaciones, ya que las frecuencias disponibles para la TDT se modifican. Para resolver las dudas que surgieron entre técnicos, promotores y operadores, se emitió una nota aclaratoria específica sobre cómo adaptar los expedientes ICT a este nuevo escenario.
Además de este reajuste de frecuencias, la normativa ICT se ha visto modificada por la Orden ECE/983/2019, de 26 de septiembre, que establece los requisitos de reacción al fuego de los cables de telecomunicaciones en el interior de las viviendas. Esta orden obliga a utilizar cables con determinadas características de comportamiento ante el fuego, lo que repercute tanto en la seguridad como en la selección de materiales por parte de instaladores y proyectistas.
Para despejar posibles interpretaciones dispares, se publicó también una nota aclaratoria sobre las adaptaciones de la normativa ICT derivadas de esta Orden. Así, los técnicos cuentan con una guía clara a la hora de seleccionar cables y diseñar la instalación cumpliendo con los requisitos de seguridad contra incendios.
Titulaciones y responsabilidades en proyectos de ICT
Las infraestructuras comunes de telecomunicaciones no son algo que se pueda improvisar. La normativa exige que exista un Proyecto Técnico de ICT debidamente redactado, firmado y presentado ante la Administración antes de ejecutar la obra. Este requisito se recoge, entre otros, en el artículo 3 del Real Decreto-ley 1/1998.
Dicho artículo indica que el proyecto debe estar firmado por un profesional que posea un título universitario oficial que le otorgue competencias en la materia según su plan de estudios. Entre las titulaciones expresamente admitidas se encuentran:
- Ingeniero de Telecomunicación
- Ingeniero Técnico de Telecomunicación
- Ingeniero Industrial
- Ingeniero Técnico Industrial en Electricidad
- Ingeniero Técnico Industrial en Electrónica Industrial
Cualquier otra titulación, en principio, no se considera válida salvo que se acrediten conocimientos suficientes para proyectar ICT en el interior de edificaciones. Para ello suele requerirse la presentación del plan de estudios y de la normativa reguladora de esa titulación, demostrando que el profesional tiene las competencias necesarias en telecomunicaciones y diseño de infraestructuras.
En cuanto a las responsabilidades, el Reglamento establece que el Proyecto Técnico de ICT debe ser elaborado, firmado y presentado por el promotor de la obra y el proyectista. El promotor es quien impulsa la construcción o rehabilitación del edificio, mientras que el proyectista es el técnico que diseña la infraestructura de telecomunicaciones y garantiza que cumpla con la normativa vigente.
Según el Real Decreto 346/2011, es obligatorio presentar este proyecto para todas las edificaciones con continuidad constructiva que estén o deban estar bajo régimen de propiedad horizontal (conforme a la Ley 49/1960, modificada por la Ley 8/1999), siempre que se trate de edificios de nueva construcción. Los proyectos deben registrarse en las Jefaturas Provinciales de Inspección de Telecomunicaciones (JPIT), presentes en todas las capitales de provincia.
Telecomunicaciones y Hogar Digital: hacia edificios inteligentes
El Reglamento de ICT no se limita a definir cables y canalizaciones, también abre la puerta a la integración de funcionalidades avanzadas tipo Hogar Digital. Esto incluye sistemas de seguridad mejorada, gestión energética, accesibilidad y automatización que transforman la manera de vivir y trabajar en los edificios.
En construcciones de gran envergadura como hoteles, complejos turísticos, centros comerciales, polideportivos o instalaciones industriales, las ICT son la base para desplegar soluciones domóticas e inmóticas. Estas soluciones permiten que sensores, actuadores y dispositivos inteligentes se comuniquen a través de la red del edificio, coordinando iluminación, climatización, control de presencia, persianas, sistemas audiovisuales, megafonía, CCTV y mucho más.
La relación entre domótica e ICT es completamente simbiótica: la domótica se encarga de automatizar y controlar los sistemas internos, pero sin una infraestructura de telecomunicaciones robusta y bien diseñada no podría funcionar correctamente. Cuando ambas partes se integran de forma coherente, es posible gestionar una gran variedad de sistemas automatizados reduciendo consumos, mejorando la eficiencia y elevando la comodidad de usuarios y operarios.
Esta simbiosis también facilita una gestión centralizada e inteligente de los recursos del edificio. A través de plataformas de supervisión, se puede ver qué pasa en cada zona en tiempo real, ajustar parámetros, programar escenas (por ejemplo, modo noche, modo evento, modo ahorro), y llevar un control exhaustivo de consumos, incidencias y niveles de confort.
Empresas especializadas en infraestructuras eléctricas y de telecomunicaciones han ido desarrollando proyectos emblemáticos en este campo. En edificios como laboratorios de investigación, resorts turísticos o grandes hoteles urbanos, se han implementado soluciones completas de iluminación, datos, seguridad, megafonía y automatización, incluyendo gestión de internet y WiFi, televisión, CCTV, sistemas de llamada asistida, control de accesos y sistemas DALI para iluminación eficiente.
Estas experiencias muestran cómo la infraestructura de telecomunicaciones se ha convertido en un factor clave para la confortabilidad, la eficiencia y la sostenibilidad de los edificios modernos. No se trata solo de tener “internet que vaya rápido”, sino de construir un entorno donde todo esté conectado y pueda adaptarse de forma dinámica a las necesidades de las personas.
Gracias a este entramado regulatorio y tecnológico, las telecomunicaciones en edificios en España permiten hoy que viviendas, oficinas, hoteles e industrias disfruten de servicios de alta capacidad, domótica avanzada, seguridad reforzada y una gestión energética mucho más inteligente, sentando las bases de ciudades y entornos construidos más sostenibles, cómodos y preparados para el futuro.
Tabla de Contenidos
- Telecomunicaciones en edificios y redes de nueva generación en España
- Artículo 55 de la LGTel: instalación de redes fijas en edificios
- Reglamento de Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones (Real Decreto 346/2011)
- Qué son las Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones (ICT)
- Elementos básicos de una instalación de telecomunicaciones en edificios
- Importancia de las telecomunicaciones en edificios inteligentes e industrias
- Liberación del segundo dividendo digital y adaptación de las ICT
- Titulaciones y responsabilidades en proyectos de ICT
- Telecomunicaciones y Hogar Digital: hacia edificios inteligentes