Intel 18A: la revolución de los chips más allá de los nanómetros

Última actualización: 20 de junio de 2025
  • Intel 18A incorpora tecnologías RibbonFET y PowerVia para lograr mayor rendimiento y eficiencia energética.
  • El nuevo nodo permite una mayor densidad de transistores y una reducción significativa del consumo eléctrico en comparación con generaciones anteriores.
  • La adopción de Intel 18A posiciona a la compañía como líder en innovación de semiconductores, con impacto en numerosos sectores como IA, servidores y dispositivos móviles.

Tecnología Intel 18A nodo avanzado

En el vertiginoso y siempre cambiante mundo del hardware, hay momentos clave donde una tecnología marca un antes y un después. La llegada del nodo Intel 18A es, sin duda, una de esas fechas señaladas en la industria tecnológica. Si usas a diario el ordenador, el móvil o cualquier dispositivo digital, tu día a día está a punto de cambiar, aunque no lo notes a simple vista. Intel ha volcado todas sus cartas en esta nueva generación de chips, que no solo promete ser más rápida y eficiente, sino también sentar las bases para futuros desarrollos en inteligencia artificial, videojuegos, servidores y muchas otras áreas.

Pero ¿por qué todo el mundo habla de Intel 18A? ¿De dónde sale esta tecnología y en qué se diferencia de los nodos anteriores? Vamos a sumergirnos en los entresijos de este salto cuántico en la fabricación de semiconductores, repasando todos los datos oficiales recientes, lo que supone para la competencia y qué beneficios nos traerá a los usuarios, tanto en rendimiento como en consumo energético y sostenibilidad.

¿Qué es exactamente el nodo Intel 18A?

Detalle del silicio fabricado en nodo 18A

El término Intel 18A identifica una tecnología de fabricación de chips de nueva generación desarrollada por Intel, y se refiere a un tamaño de proceso de 18 ångströms (1,8 nanómetros). Esta cifra es ya inferior al tamaño de los nodos medidos en nanómetros que dominaban hace tan solo unos años. En la práctica, esto se traduce en chips mucho más densos, capaces de albergar más transistores en el mismo espacio, lo que abre la puerta a mayores prestaciones y mejoras en eficiencia energética.

Hablamos de la nueva frontera de la miniaturización de los semiconductores. Para que te hagas una idea, un ångström es una décima parte de un nanómetro. Antes, los nodos ‘estrella’ rondaban los 7 nm, luego los 5 nm y después los 3 nm, pero ahora el protagonista es el 18A, compitiendo directamente con tecnologías de TSMC y Samsung. No es solo una cuestión de tamaño: este nodo incorpora al menos dos innovaciones técnicas fundamentales para mejorar el rendimiento y el consumo.

  • RibbonFET (Gate-All-Around): Se trata de una nueva arquitectura de transistores donde la compuerta rodea completamente el canal por el que pasa la corriente, permitiendo un mayor control del flujo eléctrico. Esto supone una evolución respecto a los FinFET tridimensionales usados hasta ahora.
  • PowerVia: Un sistema revolucionario de distribución de energía que separa físicamente las líneas de alimentación y las señales, encaminando la energía por la parte trasera del chip y liberando espacio en la parte frontal. Así se mejora la densidad, la eficiencia y la facilidad para incorporar más transistores.

Gracias a RibbonFET y PowerVia, Intel 18A marca un salto sustancial respecto a nodos anteriores como Intel 7, Intel 4 o Intel 3, tanto por el tipo de transistores como por la manera en la que se alimentan eléctricamente.

Un poco de contexto: evolución de los nodos de Intel

Intel ha pasado en los últimos años por un proceso de cambio radical en la forma de nombrar y fabricar sus nodos. El antiguo Intel 7 se usó ampliamente desde la 12ª generación de procesadores Core, conocidos como Alder Lake, y en las generaciones siguientes (Raptor Lake, Xeon Scalable de 4ª generación, etc.). En realidad, dicho nodo equivalía a la tecnología de 10 nm Enhanced SuperFin, pero Intel lo rebautizó para posicionarlo frente al N7 de TSMC.

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Posteriormente, Intel 4 supuso el salto real a los 7 nm con tecnología EUV (ultravioleta extremo), aunque solo estuvo presente en el Compute Tile de los Meteor Lake. Intel 3 fue una mejora incremental del Intel 4, principalmente en densidad y eficiencia, destinado sobre todo a los nuevos Xeon 6 para servidores.

A partir de ahí, el plan original era pasar al nodo Intel 20A (equivalente a unos 2 nm), pero este se descartó comercialmente en 2024, dando paso a un enfoque total en Intel 18A. Por tanto, 18A es el heredero directo y gran esperanza para la supervivencia y liderazgo de Intel en los próximos años.

Actualmente ya hay grandes clientes, como NVIDIA, que están probando fabricar chips propios usando la tecnología de Intel 18A, lo que confirma su madurez y atractivo tanto dentro como fuera del entorno de Intel.

¿Cómo funciona Intel 18A y en qué se diferencia realmente?

Microfotografía nodo 18A Intel

La clave está en cómo se han rediseñado los transistores y en la nueva forma de repartir la energía dentro del chip. Los procesadores modernos contienen miles de millones de transistores diminutos, que funcionan como interruptores microscópicos. Hasta hace poco, la arquitectura FinFET era el estándar: los transistores eran como pequeñas aletas verticales (de ahí lo de Fin-FET, Fin Field-Effect Transistor), pero tenían ciertas limitaciones, especialmente cuando se buscaba reducir aún más el tamaño y los efectos indeseados como las fugas eléctricas.

Con el sistema RibbonFET, también conocido como GAA o Gate-All-Around, el canal por donde pasa la electricidad está completamente rodeado por la compuerta, aumentando la capacidad de control y minimizando pérdidas y fugas. Es como pasar de tener un canal al aire libre (más expuesto a fugas) a tenerlo completamente entubado.

La otra mejora crucial es PowerVia. Hasta ahora, tanto la señal como la energía eléctrica entraban por la misma «puerta principal» del chip. Esto producía interferencias y reducía el espacio disponible para enrutar señales y energía. Ahora, con PowerVia, todas las conexiones de suministro energético se trasladan a la parte trasera del silicio, liberando el frontal solo para las señales, lo que permite chips más compactos y eficientes.

Este doble avance se traduce en chips más rápidos, capaces de consumir menos energía y con mayor estabilidad incluso en situaciones de alto rendimiento.

¿Qué mejoras concretas aporta Intel 18A frente a nodos anteriores?

La pregunta que todos se hacen: ¿realmente se nota el salto respecto a lo que ya conocemos? Y, según la documentación oficial y los datos compartidos en los últimos eventos internacionales (como el Symposium VLSI 2025), la respuesta es afirmativa y bastante contundente:

  • Un 30% más de densidad de transistores respecto a Intel 3. Esto implica que en el mismo espacio físico caben muchos más transistores, base de cualquier mejora en computación y eficiencia.
  • Aumento del rendimiento de hasta un 25% respecto a Intel 3 con el mismo voltaje (1,1V en pruebas oficiales), o 18% de mejora incluso bajando el voltaje a 0,75V.
  • Reducción en el consumo energético de hasta el 36% con igual frecuencia y voltaje, y hasta un 40% bajando el voltaje, comparado también con Intel 3.
  • Avances en la estabilidad eléctrica y reducción de interferencias, fundamental para garantizar un funcionamiento fiable en chips de alto rendimiento.
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Estos valores se han obtenido comparando con chips ARM estándar, pero prácticamente todas las gamas de procesadores verán reflejadas estas mejoras, desde portátiles a servidores y GPUs.

Impacto en productos y aplicaciones: ¿qué dispositivos lo usarán?

El primer producto en llegar con nodo Intel 18A será, según las últimas filtraciones y anuncios, la familia Panther Lake, orientada a portátiles de última generación. Poco después debería incorporarse a CPUs para servidores de alto rendimiento, estaciones de trabajo y, si las pruebas con clientes externos tienen éxito, podría verse en productos de compañías como NVIDIA.

A nivel de arquitectura interna, en los procesadores modernos (por ejemplo, Panther Lake), no solo los núcleos principales podrán beneficiarse del nodo 18A, sino también todo el ecosistema de componentes internos: controladoras de memoria, interfaces de E/S (entrada/salida), sistemas de interconexión de datos, etc. Esto amplifica todavía más la ventaja de eficiencia y rendimiento, no solo aumentando la fuerza bruta, sino la capacidad del sistema completo para gestionar más tareas a la vez.

Además, la producción en masa está prevista para la segunda mitad del año, tras confirmarse la madurez y fiabilidad del proceso, lo que permite fabricar obleas con un alto porcentaje de éxito –factor crítico para que cualquier nodo sea competitivo en costes y volumen.

La importancia del nodo Intel 18A para la industria y el futuro de Intel

El contexto industrial no puede pasarse por alto: Intel ha apostado su futuro reciente a la viabilidad y éxito de 18A. Tras una serie de crisis internas, cancelaciones de nodos intermedios y presión de competidores como TSMC y Samsung, la compañía necesita no solo liderar en tecnología, sino también dar confianza a sus inversores y clientes internacionales.

El desarrollo firme de 18A permite a Intel volver a tomar la iniciativa tecnológica, justo en un momento donde la competencia preparaba nodos de 2 nm. Además, la posibilidad de que Intel Foundry fabrique chips para terceros es más real que nunca, abriendo la puerta a alianzas estratégicas y a captar proyectos de clientes históricos de TSMC o Samsung.

Los efectos de la miniaturización y del menor consumo de electricidad no se limitan solo a los usuarios finales: la reducción de consumo masivo se traslada a centros de datos, IA, automoción y todos los sectores que dependen de chips avanzados. Esto implica menos calor generado, menos gasto eléctrico y, en definitiva, una huella ecológica notablemente inferior.

Técnicas y detalles de fabricación que marcan la diferencia

Para lograr estas mejoras, el nodo Intel 18A ha incorporado varias tecnologías clave:

  • Uso de EUV (litografía ultravioleta extrema): Permite reducir el número de máscaras necesarias en el proceso de fabricación hasta un 44%, simplificando y abaratando los procesos.
  • Celdas optimizadas: Las celdas para alto rendimiento miden 180 nanómetros y las de alta densidad 160 nanómetros, datos que reflejan la minuciosidad y precisión conseguida en el diseño.
  • Esquema de capas metálicas avanzado: Las capas metálicas frontales se han reducido a 11 y 16 nanómetros, con distancias entre las capas M1 y M10 de solo 32 nanómetros, un hito en la industria.
  • Separación y estructura de tipo sándwich: Los transistores se sitúan en el centro, con las líneas de alimentación abajo y las de señal arriba. Así se minimizan los cuellos de botella y se mejora la eficiencia global del chip.
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Todos estos datos han sido confirmados en foros técnicos y simposios internacionales, consolidando a 18A como el nodo más avanzado que ha salido hasta la fecha de las fábricas de Intel.

¿Qué beneficios notarás como usuario?

Puede que pienses que todo esto suena a ciencia ficción para ingenieros, pero los efectos prácticos se notarán en tu día a día, tanto si trabajas con un portátil, juegas a videojuegos, usas IA o simplemente buscas que la batería te dure más. Algunas ventajas tangibles son:

  • Mayor rapidez en la carga y ejecución de aplicaciones.
  • Juegos con menos lag, mejor rendimiento gráfico y dispositivos que se calientan menos.
  • Mejora en la duración de la batería y menor coste energético, tanto en dispositivos personales como en servidores cloud.
  • Posibilidad de integrar más funciones en dispositivos más pequeños, desde relojes inteligentes hasta automóviles autónomos.
  • Apoyo fundamental al desarrollo de inteligencia artificial, ya que permite procesar y analizar más datos en menos tiempo y con menos recursos.

Y no solo es cosa de potencia. Más eficiencia equivale a menos gasto eléctrico global, lo que ayuda también a reducir la huella de carbono de la industria tecnológica.

Cómo posiciona Intel 18A a la compañía frente a la competencia

La batalla por los nodos más avanzados ha sido feroz en los últimos años. El nodo 18A no solo equipara a Intel con TSMC (que tiene su N3P como referencia directa), sino que incluso le permite recuperar terreno y volver a situarse como pionera tras varios años de estancamiento.

En palabras de responsables de Intel, el éxito de 18A es tan crucial que el futuro de sus fábricas y su hegemonía en fabricación de chips depende de su viabilidad. Además, varios expertos y miembros del sector, desde ingenieros hasta directivos, han recalcado que ceder el liderazgo ahora sería un error irreparable para la compañía y para toda la industria occidental, especialmente en el contexto de la guerra tecnológica con Asia.

Así, Intel 18A se convierte en la baza principal no solo de cara a sus propios productos, sino también como motor de innovación de la industria de semiconductores a nivel global.

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